26. Mala decisión

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Tenía dos semanas para pensar con claridad. Haría lo que Walt me había dicho, esperar a que Phoenix me lo diga, si no me lo dice, acepto la cita.

Mi relación con él, se basaba plenamente en algo profesional, aunque ya no lo miraba de la misma forma, desde que me entere por todo lo que había tenido que pasar.

La mayor culpa la tenía su padre, el golpeo a su mujer sin importarle que tuviera dos niños en la casa, para luego incumplir su orden de alejamiento y asesinarla. Hunter era el villano en la vida de Phoenix.

Aunque él no sabe que yo sé su pasado, siento empatía con su situación y entiendo lo que se siente tener un padre que no se comporte con uno. En mi caso, mi madre fue la que me entrego a un prostíbulo, dejándome a manos de hombres con ninguna dignidad. 

Mientras Phoenix, su padre lo dejaría sin su familia y solo a su suerte. Por suerte ambos recibimos ayuda de alguien, yo tuve el apoyo de Paris, para luego tener el apoyo de James y mi psicólogo. Mi jefe, tuvo el apoyo de los Spring y claro de los profesionales que lo ayudaron con su depresión.

La primera semana se me pasó rápido, no había tenido ni tiempo de preguntar algo. Por el jueves Connor comenzaría a llamarme y preguntarme mi decisión, yo le decía que aún no tenía decidido.

Ya había empezado, el segundo mes del año sin embargo la segunda semana se me había pasado muy lento. Tenía mucha ansiedad al ver a mi jefe pasar y que no me dijera nada. Lo veía y quería preguntarle directamente, pero seguro que no me lo iba a decir.

Mis compañeros, cuando veían mi actitud extraña preguntaban por mi bienestar y trataban de ayudarme, a pesar de eso, yo no me tranquilizaba.

Las llamadas de Connor comenzaron a parecerme acoso, me llamaba a cualquier hora del día y eso me molestaba muchísimo, además ya al oír su voz, sentía escalofríos como la primera vez que me encontré con él.

También durante la segunda semana, fui a la editorial de la cual Marina me había contado. Tenía impreso mi libro, lo había puesto a imprimir en un local de impresoras. Un hombre que se llamaba Leonardo fue el que me atendió bastante rápido. Leyó una parte del principio del libro, me dijo que podría funcionar y que me llamaría cuando lo terminara, entonces le di mi número.

Fue una buena distracción de lo que sucedía en mi vida.

El viernes, justo a dos semanas de romper la relación con mi jefe, decidí romper todo lo que nos separaba y preguntarle. Si no era capaz de decirme lo que necesitaba saber, llamaría a Connor en su cara.

Fue como a la mitad del horario que mi jefe salió a observarnos, ahora el solo observaba, no gritaba, igualmente seguía siendo silencioso como un ninja.

Me acerque a él.

Intercambiamos miradas, su mirada era solo indiferencia mientras que yo en ese instante, sentía miles de millones de sensaciones y sentimientos. Quería gritarle toda la rabia que tenía, quería preguntarle, y si no me respondía darle un cachetazo, quería...besarlo. 

-Am...quiero preguntarte algo-su expresión paso a una confusa. -¿Algo?-se rasco su cuello y quito su mirada de mí.

-Vamos a tu oficina-le dije ya yendo hacia allí, no lo deje responder, necesitaba preguntárselo ahora.

Entre a la oficina y el entro seguidamente después que yo. -¿Y?-pregunto.

No se mostraba como otros días, se veía desanimado y sin ganas de hacer cualquier cosa. Recordé lo que me dijo Ryan, No sabes cómo era con depresión. Fingía que era la persona más feliz del planeta, cuando en realidad se encerraba en sí mismo.

Cercano y Distante (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora