VI

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¡Casi me da un infarto!

Después de la patética vuelta tonta que damos por el despiste, Aisha se sitúa justo entre Timmy y Jake, indicando el camino que ha determinado con un poco de ayuda previa por parte de Tecna.

- Aquí está el valle, y ese es el río que utilicé para escapar de la cueva. - explica.

Desde un asiento, asomo mi rostro hacia abajo, no me imagino recorrer nada de ello después de estar encerrada, mucho menos infectada. Aisha es muy fuerte.

- ¿Aquí es donde tengo que dejaros? - pregunta el pelirrojo.

- No, es más fácil entrar en la cueva a través de las antiguas minas.

- Entonces vamos. - insta Sky.

Yo trago saliva mientras la nave pasa el desierto de rocas hasta adentrarse en una especie de cueva o, más bien, en la entrada al interior de una montaña.

- ¿Es por aquí? - pregunta esta vez Jake.

- ¡Si! - exclama mientras señala a un lugar en específico, más a su derecha - ¡Por ahí se fue el monstruo después de secuestrar a las pixies en el bosque!

Me inclino, tratando de ver dónde señala Aisha. Hay una especie de entrada a la mitad de la montaña, una fisura lo suficientemente grande como para pasar, pero no para aparcar la nave.

- No hay espacio para aterrizar. Tendréis que bajar mientras me mantengo en el aire.

Casi me caigo del asiento.

- Espera, ¿qué?

- Por mí genial - interrumpe Sky, sacando una cuerda.

Bueno, pues por mi no genial.

Nada genial.

Stella suelta un quejido a mi lado.

Al menos, no soy la única que piensa igual.

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- ¡Vamos! ¡Todo el mundo fuera! - insta Sky, quién ha sido el primero en bajar para comprobar la seguridad.

Asomo mi cabeza por la puerta trasera de la nave. Cometo el error de mirar hacia el fondo cerniéndose sobre mí. Doy pasos hacia atrás.

¿Y se supone que tengo que bajar por esa cuerdecita? ¡Ni hablar! ¡Si ni siquiera veo el suelo al final de ese vacío!

¡Me niego!

- Que alguien me recuerde por qué no podemos usar nuestras alas. - suelto mientras trago saliva.

- Tenemos que ahorrar toda la magia que podamos para posibles enfrentamientos. - me recuerda Aisha.

No es que no esté de acuerdo, pero...

- ¡Oh, no! - grita Stella, inclinando su mano al vacío.

Entonces, se inclina tanto que acaba cayendo.

Si, cayendo.

Y claro, Bloom, Brandon y yo gritamos su nombre presas del pánico.

Estamos a segundos de saltar al vacío y transformarnos - menos Brandon, que parece que estaba dispuesto a tirarse sin más - cuando vemos que la rubia ha conseguido agarrarse a la cuerda.

Los tres nos echamos hacia atrás al compás. Sintiendo que podemos volver a respirar.

- ¿Va todo bien? ¿Era algo importante? - escucho preguntar al príncipe rubio desde abajo.

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