La humanidad es la capacidad para sentir afecto, comprensión o solidaridad hacia las demás personas, aunque muchos carecen de la humidad como los vampiros u otros seres sobrenaturales que se alimentan de los humanos sin sentir resentimiento alguno.
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Vivianne acariciaba la mejilla cálida de Bella mientras ella dormía en el sillón envuelta en el edredón que Renée le había regalo a Bella cuando fueron a verla a Florida.
- ¿Dejarás que lo saquen? - Le pregunto Rosalie con voz tensa
- No puedo evitar sobreprotegerla como a ustedes - Deslizo su mirada dorada hacia Rosalie- Si intervenir el embarazo la hará infeliz y la podrán en riesgo, no dejare que la toquen, pero si el intervenir la mantendrá viva, entonces dejaré que lo hagan
- Es su bebé - Murmuro incrédula- Tu bebé igual, al ser pareja de ella te convierte en madre. Conmigo y Esme hablas sobre hijos, y ahora que Bella puede tener uno, lo quieres sacar de su cuerpo
Vivianne la miro en silencio para mirar a Bella, las palabras de Rosalie resonaban en su mente. ¿Dejaría ser infeliz a su Bella como Rosalie y Esme lo están por intervenir? No, claro que no, ya le dolía ver a sus dos parejas como para sumarle una más.
- No, no dejaré que le hagan algo a ella y a mi hija o hijo - Le aseguro- Tendrán que matarme para ello - Miro a Rosalie
Rosalie se relajó notablemente al tener a alguien más de su lado. Edward había escuchado todo al estar en su habitación terminando de cambiarse, sabía que Rosalie convencería a Vivianne de proteger la decisión de Bella y a la cosa que tenía dentro de ella.
- Puede matarla ¿Dejarás que lo haga? - Le pregunto serio
- No dejaré que muera - Contesto entre dientes
- La ponzoña no podría con algo tan fuerte, Vivianne - Discrepo molestándose- ¡¡Esa cosa puede matarla!! ¡¡Le está haciendo daño!!
- Lo sé - Gruñó apretando los puños- Pero no dejare a una Bella viva e infeliz como Rosalie o Esme sin su hijo, ya mucho me lastima ver a ellas así, como para sumar una más
Edward apretó la mandíbula hasta el punto que sus dientes rechinaban, observo como Vivianne regresaba a la casa con Bella y el resto. Rosalie estaba en uno de los balcones observándolo con los ojos entrecerrados al mismo tiempo que lo amenazaba con cortarle la cabeza si seguía intentando convencer a Vivianne.
- ¿Cómo estás? - Murmuro acariciando su mano delgada- Mira como estas evolucionando, douceur
- Es temporal. Cuando veas habrá un lindo niño corriendo por la casa y yo a tu lado - La miro con cariño
Vivianne la miro afligida sacudiendo su cabeza negando aquella visión que tenía Bella de ellas juntas con su hijo.
- No es niño, es niña - Sonrió débilmente- Tu intuición de madre es un asco, amor
Bella resopló ante las palabras de Vivianne, ella se veía con un niño de ojos verdes y rostro de ángel en los brazos. Un diminuto y bello bebé, incluso más bello aún que el niño de sus sueños, un diminuto Edward en sus brazos.
