Capitulo 3

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El frío invierno había llegado a su fin y en cambio se sentía el cálido sol de la primavera en las montañas del norte.

El reporte indica que la desaparición de personas que se adentraba al bosque en busca de leña o cazar animales había aumentado considerablemente.

Extraño en una aldea no tan grande y en dónde la comunicación con la aldea próxima es de apenas medio día.

Yo suelo usar siempre mi uniforme de cazador excepto cuándo estoy en mi habitación privada a diferencia de Kochou... No... Shinobu que no lo utiliza todo el tiempo. Porta un hermoso kimono rosa pastel con estampado floral muy acordé a la época primaveral con su característico haori en alas de mariposa.

-El uniforme debe portarse siempre en las misiones.

-Ara ara su lado rígido es muy agradable pero me gusta pasar desapercibida en las misiones en donde debo realizar investigación.

Es válida su razón pero en caso de un enfrentamiento no tendrá tanta facilidad con ese tipo de vestimenta aunque a plena luz del día es imposible que un demonio nos ataque ni siquiera el mismísimo Muzan ha podido dominar el sol.

Hemos deambulando por todas partes sin un destino claro mi instinto me dice que el demonio que se esconde en esta aldea es más fuerte que el promedio.
Shinobu se acerca a un joven que está frente a una tienda de armas de cacería; sigo su figura con la mirada sin moverme del lugar donde me dejó.

Observo la escena atentamente y el joven se acerca de forma agresiva a Shinobu sin pensarlo me coloque detrás de ella por lo que el joven de piel pálida con enormes ojeras y cabello negro se aleja.

-Fu fu fu perdona si mi pregunta fue insensible no quería hacerte sentir mal

Shinobu cubre su sonrisa con su mano mientras el joven cabizbajo no responde ante las disculpas de Shinobu.
Nuestras miradas se cruzan, luce agitado y sin mediar más palabra se aleja del lugar a cada paso se veía más pequeña su espalda hasta desaparecer.

Shinobu sin decir nada más camina en dirección contraria al joven y continuamos deambulando hasta que llegó el atardecer.

No teníamos más remedio que alojarnos en una posada para continuar con la misión por lo general las misiones no duran más de un día pero está situación se siente muy extraña.

-No logramos reunir información.

-Yo no estaría tan segura de eso Giyu recorrer el lugar antes de ingresar al bosque fue provechoso.

La observé con cara de total confusión a su declaración.

-Tenemos una pista.

-¿El joven hombre?.

-He...creí que era menos perceptivo aunque no es de extrañar de Tomioka-san... Giyu.

Cubre sus labios con delicadeza mientras corrige la oración.
Todavía no he logrado descifrar ese gesto en ella lo hace en tantas ocasiones que lo considero más parte de su encanto sin otro significado.

La posada es bastante antigua por lo que es pequeña pero se siente cálida y acogedora al ingresar.

-Que disfrute su noche en nuestra posada si desea algo más nos lo hace saber.

-Muchas gracias.

Shinobu se acerca a mi al terminar de hablar con la encargada de la posada.
Comienza a picar mi costado para llamar mi atención; permanezco inmutable.

-Ey ey Giyu ey Giyu ¿Me escuchas?

Sigo sin emitir respuesta alguna por lo que el toqueteo no cesa ni las palabras que provienen de Shinobu.

-Dormiremos en la misma habitación y podemos aprovechar las aguas termales mixtas.

Continúo escuchándola manteniendo la misma postura.

-Dicen que tienen un excelente salmón con daikon.

Al escucharlo no pude evitar sentirme feliz es mi platillo favorito que me hace sentir especial.

-He.... Si que sabe cómo hacer sentir mal a una mujer Giyu san.

No entiendo a lo que se refiere por lo que la miro con cara de extrañeza.

Ella simplemente suspira en mi cara eso es mal educado de su parte y procede a retirarse la sigo sin más hasta llegar a nuestra habitación.

No sé en qué momento exacto nos volvimos tan cercanos como para compartir habitación cada uno con su futón o al menos eso pensaba.
Un único futón enmedio de la habitación y dos yukata sobre el;cogemos los yukata y nos retiramos de la habitación para tomar un baño antes de dormir.

Caminaba tranquilamente hacia los baños para hombres cuándo de repente su pequeña figura aparece frente a mi.

-¿Dónde va Giyu?

-Darme un baño antes de dormir.

-Eso es obvio preguntaba a dónde se dirige... No importa.

Sujeta mi mano sin más y me dirige por el camino contrario al que estaba e ingresamos a las aguas termales mixtas.

Una cosa es dormir en la misma habitación y otra muy diferente es bañarnos juntos esto sobrepasa todo nivel de confianza entre nosotros.

Ella se divierte verme en pánico sin saber que hacer o decir... Ciertamente tiene una personalidad retorcida.

-Disfrute las aguas termales señora Tomioka espero sean de su agrado.

Esas palabras que dejó la encargada de la posada antes de retirarse siguen resonando en mi cabeza "señora Tomioka" ¿De que me pedí? Shinobu no está sorprendida ante el comentario de la encargada.

-Le dije que éramos recién casados.

¿Lo dice de forma tan casual? No paro de sudar frío ante la declaración de Shinobu.

-No es apropiado que una pareja no casada duerman juntos Giyu.

Entiendo sus motivos para mentir pero se siente extraño... No puedo dejar de temblar ante las palabras de Shinobu... Somos esposos durante esta misión.

Está tan tranquila que me hace pensar que no le afecta en absoluto está situación.

-Shinobu puede usar el baño primero.

-Ara ara ¿Me odia Giyu por mentir?.

Aveces tengo la sensación de que disfruta ponerme nervioso con sus comentarios pero es imposible molestarme con ella al ver su dulce rostro sonriente, me alegra saber que puedo ser una causa de su sonrisa.

-No he tenido oportunidad de examinar el cuerpo de Giyu antes no imaginé que la oportunidad se presentaría de esta forma fu fu fu.

Más que una sonrisa dulce e inocente emite un aura de curiosidad hacia mi que me hace sentir escalofríos.

-Prometo no ser mala con Giyu.

El calor sube por todo mi cuerpo hasta llegar a mi rostro ¿Revisar mi cuerpo? Si nos bañamos juntos eso significa que yo.... Veré su cuerpo a detalle.

No no no no.... No no no y no.

Yo no debo ser quién deba verla sin ropa y nadando juntos me provoca un ligero mareo por lo que sin más me dirijo hacia la salida.

-He... Mi esposo me abandona en nuestra luna de miel definitivamente no soy una mujer afortunada.

Suspira colocándose la palpa de su mano en su mejilla sonrojada por el calor, me congelé al instante y no supe que decir... Siempre es así; ella sabe cómo ponerme nervioso.

Ya no tenía planes de irme y me quedé con ella en las aguas termales disfrutando de una noche primaveral.

Dulce indiferencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora