Un día que florecían las hortensias se escuchó el llanto de un niño, llore de felicidad cuándo lo sostuve en mis brazos y agradecí a los cielos que ambos sobrevivieran al parto.
El sensei estaba preocupado ya que la condición de Watanabe es un poco débil pero contra todo pronóstico resultó bien.
La noticia de su embarazo nos llenó de felicidad a todos no sabía que esto cambiaría mi vida totalmente.
No tuve el calor de un padre ni de una madre solo el de mi hermana por lo que tenía miedo de no ser un buen padre pero cuándo lo sostuve en mis brazos y lo vi por primera vez mi corazón se derritió, en ese instante supe que haría cualquier cosa para hacerlo feliz.
Sensei me ayudó a cuidarlos ya que Watanabe estaba débil por el parto y el niño nació un poco prematuro por lo que debía atenderlo en todo momento para evitar algún problema.
-Giyu.
Besé la frente de mi hijo y le susurré palabras dulces antes de entregárselo a su madre para que lo alimentara.
sostuve la mano de Watanabe y le sonreí.
-Gracias.
-¿Por qué me da las gracias Giyu?
-Me ha dado la mayor felicidad que podría sentir en la vida.
Watanabe sonrió.
-Yo también soy muy feliz.
Salí de casa un momento para ir a recoger agua y comprar algunos alimentos ya que Watanabe dió a luz debe alimentarse cómo corresponde para reponerse; me siento dichoso.
-Volvi a casa.
Nadie me recibió y es natural ya que Watanabe no puede moverse.
-¡Son muy hermosas!
-Pense que le gustarían.
Coloqué las hortensias en un jarrón a su lado.
-Gracias Giyu.
Bese su coronilla y acaricié la mejilla de mi hijo que dormía plácidamente en el regazo de su madre agradecí a los cielos de que haya nacido en un mundo donde no hay demonios que acechen en la oscuridad ni es necesario luchar contra ellos; te daré todo el amor que yo no tuve.
Preparé la cena favorita de Watanabe y le ayude a comer le prepare el baño; coloqué cuidadosamente a mi hijo en el futón y le ayude a levantarse e ir al baño.
Me quedé esperando afuera hasta que terminara y le ayude a volver al futón.
-Perdon por la intromisión.
-Sensei.
-¿Cómo está mi hermoso nieto?
Su amoroso abuelo lo sostuvo en sus brazos y lo examinó cuidadosamente.
-Parece que no hay peligro pero igual es necesario mantenerlo vigilado.
Asentí y rápidamente reviso a Watanabe.
-Solo está un poco pálida pero está bien solo con alimentación adecuada se podrá recuperar y con unas infusiones que prepare para ti.
-No quiero tomarlos.
-Debes tomarlos aunque no quieras es por tu bien.
-¡Papá!
-Sin quejas.
Acarició su cabeza y le dió la tasa con las infusiones y después de murmurar su disgusto finalmente se tomó lo que su padre le había preparado.
-¿Escogió el nombre para mí nieto?
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Dulce indiferencia
FanficDicen que la felicidad es tan frágil como un vaso de cristal y la vida tan efímera cómo un suspiro ¿Resiste el amor la prueba del tiempo?