Capitulo 21

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Me preparaba para ingresar a las aguas termales pero había algo que no salía de mi mente: el clavel.

Mi corazón me dice que esa chica no es una simple amiga y que entre ellos la relación es cercana, se que no debería importarme ya que pronto me iré de la ciudad y lo nuestro terminará.

Solo deseo disfrutar el viaje y crear recuerdos junto a él.

Cuándo regrese probablemente ya no estará soltero solo de pensarlo se me hace un nudo en el estómago.

Cerré mis ojos y suspiré lentamente, le hice una invitación a venir a las aguas termales mixtas pero con lo anticuado que es no vendrá.
Supongo que aprovecharé este momento de soledad para despejar mi mente y mi aclarar mi corazón.

La temperatura del agua es perfecta y relaja mis músculos permitiendo que mi cuerpo entero descanse, cerré mis ojos para disfrutar la cálida noche de primavera.

Mi corazón no deja de estar inquieto por esa misteriosa chica y se siente triste ante la idea de que ellos estén juntos.
¿Estoy.... enamorada de Giyuu? Eso es imposible aunque mi hermana no deja de decírmelo constantemente lo cuál me irrita mucho; es la causa de toda esta locura.

Suspire nuevamente en un intento de dejar ir mi frustración.

El agua dejó de estar en calma y se agitó lo cuál indica que no estoy sola en las aguas termales.
Al abrir mis ojos me encontré con con Giyuu frente a mi a una distancia no tan lejana.

-Giyuu.

Él permaneció el silencio pero su mirada era intensa y no dejaba de mirarme directo a los ojos.

¿Debería acercarme o esperar? Tengo la tentación de colocar mis manos sobre su pecho que está en buena forma.

-Tiene un cuerpo tentador Giyuu sensei.

Sonreí y me cubrí los labios con el dorso de mi mano; él continuaba inmutable.

Estábamos a menos de un centímetro de distancia viéndonos fijamente en silencio.

-Shinobu.

Su tono de voz era diferente sonaba sensual y solo pronunciar mi nombre produjo un efecto fuerte en mi.

Colocó su frente sobre la mía sin dejar de verme; me perdí en el océano de su mirada fría y determinada.

Su aliento cálido lo podía sentir y sin pensarlo más lo besé.
No fue un beso dulce ni delicado sino todo lo contrario: apasionado. Me sujetaba fuerte de la espalda acercándome a su cuerpo, podía sentir todo el calor que emanaba.

Mis manos se apoyaron sobre sus hombros recorriendo su piel mojada hasta llegar a sus mejillas. Acune su rostro entre las palmas de mis manos él me veía con una intensidad aterradora, no tenía dudas iba a ser devorada está noche.

Los besos continuaron y su manos se deslizaban con facilidad sobre mi piel mojada tocando todo a su paso, me elevó un poco para ponerse a la altura de mis pechos besando suavemente cada uno.

Trate de reprimir mis gemidos pero no podia evitar que algunos escaparan por lo que presionaba fuerte sus hombros pero no retrocedía.

Puedo sentir cada beso y cómo su lengua juega con mi pezón succionando como si estuviera sediento.

Sus labios recorrieron mi cuello encontrando mis puntos débiles.

-Sensei.... Sensei... Se... Se... Sensei.

Mi respiración se había vuelto entre cortada ya que disfrutaba del placer pero al mismo tiempo quería huir de él.

-Shinobu tu piel sabe a miel y el perfume de tu cuerpo me embriaga.

Dulce indiferencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora