Capítulo 11

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Narrador: Tristan Shaw

Eran las diez de la noche, mi amigo y Beta Jacob seguí dormido en el asiento trasero de mi auto.

Había sido un día largo, así que, tanto él como yo queríamos irnos a casa y dormir. No obstante, le prometí a mi padre que iría a la fiesta de la hija del Sr.Block.

El Sr. Block tenía el respecto tanto de la manada como el mío por sus habilidades combativas y sus muchos sacrificios para mantener la vida de su Alfa.

Al contrario, su hija que tiene algunas capacidades extraordinarias, pese a ser una omega, su carácter es un tanto que desear. Es orgullosa, obstinada, y egoísta.

Y lo que más me irritaba, era el hecho de su confianza de que iba a ser mi Luna.

"¿Mi Luna?" gruñí ante la idea.

Suspiré. Sabía que el asunto de su compañero se revelaría pronto: ella sabría de mí.

No quería verla triunfar por su acierto.

Paré el coche y me giré para despertar a Jacob.

- ¡Hey, hemos llegado!

- Ah... - contestó adormilado - Si...

Esboze una sonrisa por su cara soñolienta y salí del automóvil.

Cuando Jacob cerró el coche y se alistó, empezamos a dirigirnos hacia la zona donde estaba la fiesta.

Cuando nos acercamos a la casa, sentí un aroma de flor de chocolate.

Mi lobo interior salió, mis ojos cambiaron a unos más claros, y exclamé:

*¡Compañera!*

Jacob me miró y siguió mi mirada hacia la chica de pelo blanco y ojos azules cielo que seguía olfateando un aroma.

Llevaba un vestido rojo corto que destacaba su buena figura.

- Tristan...

- Vete - repliqué a Jacob.

Él ya sabía todo y trato de hacerme entender el vínculo de los compañeros. Era algo que sabía muy bien ya que había encontrado a la suya.

El Alfa no podía rechazar a su pareja. Una tradición nunca rota.

¿Por qué? Eran excusas ya que nunca pensaron en la posibilidad de enamorarse de otra persona, la pareja y Luna perfecta. Esa era Aisha.

Ella ya había rechazado a su mate y soportado el dolor que eso conlleva por mí. Su amor era sincero.

Mi manada necesitaba alguien digno, fuerte y de corazón puro, como ella.

Además, según entendí y estudie no habría problemas en que la rechazará. Como mucho estaría débil hasta que encuentre otro compañero.

Me acerqué y me paré justo detrás de ella. Cuando sintió la presencia de otra persona, se volvió y nuestros ojos se encontraron.

Dentro de mí, mi lobo grito: *Mía.*

Trataba de apoderarse de mi y de pronto mis ojos comenzaron a brillar.

Ella se sorprendió y susurró:

- ¿Compañero?

Acto seguido, Jacob con una palmada en mi hombro, la saludó y se fue.

En el rostro de la chica se formó una sonrisa de oreja a oreja.

"¿Por qué? ¿Por qué la Diosa Luna no puede unirnos a mí y a Aisha?"

Me enfurecía solo de pensarlo.

La villana rechazada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora