Capitulo 5

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Narradora: Tara Block.

Después de charlar un rato, el ambiente entre las seis personas se volvió muy relajado.

Mientras que asentía o respondía con monosílabas para escapar de las conversaciones, Daniel se implicaba  espontáneamente y Tristan concentró sus ojos morados en su teléfono y en mi.

Sentía cada bocado como si entrarán mil agujas a mi estómago.

Dejando de lado mi malestar, mendigaba en mis recuerdos de alguna pista por donde proseguir.

Estaba en un mundo mágico donde casi todo era posible , ¿por qué no iba a hallar un modo de salir de aquí? Ademas de licántropos, había otros seres mágicos capaces de grandes hazañas,¿no?

Eso es! ¡Ella...!"me queje emocionada al recapitular una pequeña parte de la novela: los protagonistas tuvieron que acudir a una bruja en busca de ayuda.

"Pero.. ¿donde estaba?" pensando revolví mi comida."¿Cómo pude haberme olvidado de lo más importante? Piensa, Tara, piensa."

Recuerdo fragmentos y algunas partes, pero los detalles específicos se me escapaban ya que esta historia la leí hace mucho tiempo.

Es decir, sé la existencia de una bruja ya que los auxilió a los protagonistas debido a una amiga de ellos, pero carezco de otro tipo de dato como su nombre o su paradero.

Toda novela de lobos que se precie, tiene una bruja.

Las cuales aparte de ser escasas y poderosas , son imposibles de localizar. Casi siempre es la propia bruja quien se reúne con los personajes porque es "el destino".

Y en verdad mi interés en contribuir en recuperar a Dalia, la loba de Tara, es nula, pese a ser una experiencia fascinante, soy terca así que mi objetivo nunca cambiará.

También rememore una razón más para odiar a los personajes: buscaron desesperadamente a la bruja para devolverle la loba a su amiga pero ignoraron a la atormentada Tara.

-Tara, querida. - la dulce voz de la Sra. Block me trago de vuelta a la situación actual - ¿No te gusta la comida?

Seguí sus ojos azules hacia mi plato del cual la mitad no estaba terminada y la otra mitad estaba revuelto.

- Ah..no es eso. - una vez contestado intenté hallar una excusa para poder escabullirme de esta reunión tediosa. - No me siento bien y estoy algo cansada. - con una sonrisa me levanté de la silla. - Así que si me disculpais me voy a retirar.

- Pero... Cariño, no comiste nada. - replicó decaída la Sra. Block.

Miré mi plato y antes de desviar mi mirada hacia el causante de mi falta de hambre, refute:
- No tengo mucha hambre.

- Pero...

- Querida, el médico dijo que necesitaba descansar. No debes presionarla tanto -intervino la Sra. Shaw - Cuando repose, seguro que tendrá mucho apetito,¿verdad?.

Confirmé instantaneamente.

- Tiene razón, cariño. No te preocupes tanto - siguió el Sr. Block - Tara, puedes retirarte.

- Ah, esto... Tristan, hijo, acompañala. - comentó el Sr. Shaw.

Los ojo de las personas en la mesa se centraron en él, quién respondió apático:
- Claro...

- ¡No! - exclamé antes de que se levantará.- ¡Me encuentro muy bien y puedo ir sola perfectamente!

El mero hecho de estar a solas con él me helaba la sangre.

La villana rechazada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora