Capítulo 21

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•°•°•°•
Narrador: Tara Block

El grito de la mujer junto a unos cristales cayendo sonaron por toda la casa.

Por inercia, corrí al salón donde estuvieran Julie y Luka.

Julie estaba sorprendida mirando a los alrededores y ,tan pronto me vio, me agarró del brazo suavemente y exclamó:

- ¡¿Señorita?!¡¿Está bien?!¡¿Qué fue eso?!

Afirmé y pregunté por su estado.

- Si, ¿y tu?

Asiente y me suelta el brazo con calma.

A la vez que hablábamos, varias personas de la servidumbre corrían de un lado a otro.

Y poco a poco el ruido de los objetos cayendo y la voz de la mujer se suavizaba.

Nosotras nos quedamos observando el panorama, no escuchamos la voz ni vimos ningún movimiento por parte de la niña.

"¿No le sorprende?" pensé sin quitarle los ojos de encima.

Calmada, seria y apática.

"Como si estuviera en su mundo, como... Está acostumbrado a esto."

Pese a que su actitud no me agradó y un escenario se formó en mi mente, no podía cuestionarle sin saber que ocurría realmente.

- ¿Qué pasará? ¿Quién será esa mujer? - pregunto Julie. - Y ese ruido...

Le di un codazo para indicarle que no siguiera.

- Ah, es mi madre.- contestó Luka con una sonrisa. - Está enferma.

Nos quedamos en silencio sin ser capaces de decir algo.

Solo nos sentamos a su lado y seguimos jugando con ella.

Los niños son frágiles y si comentes un error, no olvidan.

No conocía su situación familiar y su sonrisa era demasiado forzada, tenía miedo de actuar de forma equivocada con ella así que acepté ignorarlo y hacer como Luka quería.

•••

- ¡Luka!

Unos pocos minutos apareció su tío, le dio un abrazo y nos pidió amablemente que nos fuéramos.

- Muchas gracias por venir, no obstante,hoy no podemos recibiros correctamente debido a un problema. Lo siento mucho.

Estuvimos de acuerdo en irnos ya que era un momento incómodo.

- Si, no se preocupe.

Ante el silencio de Luka y su expresión decaída, me agaché y me dirigí a ella:

- Nos vemos otro día, ¿si?.-  Y jugaremos contigo... Y te enseñaré un montón de cosas como... ¡El pastel de fresa!

- ¡Si! ¡Me encantaría!

Y así nos despedimos de ellos.

•••

Trascurrieron once días hasta que decidimos volver a la casa de Luka.

No habíamos recibimos ninguna mensaje por parte de ellos, por lo tanto fuimos acompañadas de Sr. Quiles.

Esta vez la persona que nos abrió fue una hermosa mujer rubia de ojos azules.

Su vestimenta hizo que el Sr Quiles apartará la mirada: un camisón casi transparente con un estoque profundo y con unas sandalias blancas de tacón alto.

Me pareció que tenía casi la misma edad que Julie.

Sus ojos nos observaron detenidamente y se clavaron furiosos en mi.

Se colocó el cabello rubio, salió fuera entrecerrando la puerta, y con voz amenazante dijo:

- Oye, niñita, ¿no te enseño tu madre a no meterse con hombres casados?

- Tu...

- ¡¿Disculpa?!

Su comentario hizo que quisiera abofetearla por cuestionar mi persona, mi madre e insultarme.

Me contuve.

No sé quién era.

Y analizando su rostro, no podía ser la madre de la pequeña puesto que no se tenían ninguna silimitud, pero cabía la posibilidad de que fuese un familiar así que preferí no meterme en su provocación.

- ¡Aléjate del Sr. Naz o te arranca ese pelo blanco de zorra!

- Tú.... ¿Cómo te atreves?

Detuve a mis dos acompañantes y me acerqué a la mujer y le critiqué sonriendo:

- Dado que me has confundido con otra persona o lo has supuesto, no voy a molestarme por tus groserías. Desconozco quién es el Sr. Naz, solo estamos aquí para visitar a la pequeña señorita. Por ello, agradecería que no obstaculizar nuestro camino.

- Tú... ¡Maldita Mocosa! - la mujer molesta le levantó para pegarme.

Mi mano rápidamente lo atrapó.

Después de asombrarme por mis increíbles reflejos, retiré su brazo tan bruscamente que perdió el equilibrio y se cayó.

- ¡Ay!

Nos quedamos mirándola y antes de que alguno de los presentes se ofreciera a ayudarla, la puerta se abrió y salió una mujer de traje negro, el pelo castaño recogido en una coleta y un auricular en su odio izquierdo.

Un guardaespaldas.

Analizó la escena y sin dudarlo se apresuró a levantar a la chica rubia.

Cuando se puso de pie, empujó de forma arrogante al guardaespaldas.

- ¡Me encargaré de no vuelvas a acercarte a nadie de la familia Naz! - me dijo amenazante.

- ¡Deja a mis invitados en paz!

El grito de esa voz se encontraba detrás de la puerta.

La pequeña Luka apareció enfadada.

- ¡...!

La mujer no fue capaz de pronunciar ningún comentario.

La niña le miró con desprecio y odio, y en un abrir y cerrar de ojos su expresión cambio drásticamente y nos dio la bienvenida entusiasmada.

- ¡Bienvenidos! ¡Me alegro de volveros a ver! - dijo cogiendo la mano a mi y Julie.

Nosotras nos dedicamos a sonreírle y la muchacha se fue avergonzada y dolorida.

La guardaespaldas se despidió y se apresuró a ir detrás de ella.

- Voy a cambiarme, ¿y vamos de compras?

- ¡Si!

Todos los presentes le seguimos la corriente y hicimos como si no pasará nada.

•°•°•°•

Hola queridos lectores,

¿Que os ha parecido? Espero que me contéis.

¡Os agradezco muchísimo por vuestro apoyo, por los comentarios, por los likes y por vuestra paciencia!

De verdad muchas gracias y disfruta mucho.

Cualquier duda, aclaración o sugerencia comentarla, responderé lo más pronto posible.

Atentamente,
Lu.

La villana rechazada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora