Capítulo 20

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Narrador: Tara Block

Las constantes insistencias del cazador hacia mi se volvieron tan agobiantes e irritantes que le pedí al Sr. Quiles un informe para ausentarme de ir a la academia, pero, su negativa, me llevó a buscar nuevos métodos de convicción.

La primera fue aparentar estar enferma.

Un fracaso: sorprendentemente tenía al doctor en marcación rápida.

La segunda, fingir tristeza.

- Echo de menos a mis padres y amigos. También añoró mi cuidad....

- Señorita...  ¡Debería llamarlos!

Otro fracaso.

La tercera, pedir un informe del médico acreditando mi indisposición.

Un fiasco a medias: acabé en el hospital y con la documentación deseada.

Increíblemente sin ningún tipo de esfuerzo.

- Rotura de muñeca, varias heridas en piernas, brazos y cara; y un pequeño golpe en la cabeza que le dejara una leve conmoción - dijo el médico - Debe reposar y no usar fuerza física.

"Yo no quería esto..." Pensé mirando a la niña sentada en la cama con la cabeza decaída.

- En cuanto a la señorita, tres semanas con el brazo enyesado. - añadió.

- Oh, gracias, doctor.

A excepción de Luzma, Julie y Sr. Quiles vinieron al hospital tan pronto los llamé.

Después de una larga reprimenda por parte de los dos, uno se fue a encargarse del papeleo del hospital y el otro a comprar refrigerios.

Su comportamiento y su preocupación me hizo recordar a mis padres y , esa sensación de que le importó a alguien ajena a ese mundo de la novela, era un sentimiento agradable.

Divagando, réparé en la pequeña niña.

Suavemente me aproximé y me senté en una silla al lado de su cama.

- ¿Cómo estás?

- ¿Eh? Bien ...- contesto tímidamente - Yo...¡Gracias por salvarme!

Asentí y le sonreí.

A pesar de sus heridas, podía verse su piel blanca bien cuidada, sus grandes ojos verdes claros,su nariz chata y sus labios rosados.

"Parece un conejito."

Y su pelo rubio fresa corto la convertían en un ser delicado y dulce.

- Soy Tara. - me presentó.

- ¡Yo me llamó Luka! - su voz temerosa y blanda la hacía más adorable.

- ¡Encantada, Luka! - agregué sonriendo.

- ¡Hmm! - movió su cabeza para estar de acuerdo con una sonrisa de oreja a oreja - ¡Si!

- Luka, ¿como acabaste involucrada en ese accidente ?

Su expresión volvió al principio, silenciosa y mustia.

Con eso entendí que no quería hablar del tema.

- Está bien, en un rato viene la policía. - continúe explicando ya que Luka no decía nada - Deberiamos contactar con tus padres.Sabes el núm....

- ¡No! - gritó.

Sus pequeños ojos mostraban nerviosismo y miedo.

Generalmente los hijos, cuando comenten un error, tienden a esconderlo de los padres.

La villana rechazada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora