Capitulo 4

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Narradora: Tara Block.

Pasaron algunas horas hasta que nos dirigimos a la zona donde residían los Block.

La Plaza St.Kie.

Una zona en el cual vivían generaciones y generaciones de familias más destacadas de la manada RedMoon, y otras minorías importantes.

Esas familias eran como los nobles de más alto rango.

Los Shaw, linaje de alfas líderes.
Los Herman, sangre de betas astutos y inteligentes proclamados asistentes leales al líder y estrategas natos.
Y los Block, prole de gammas o betas forzudos luchadores y protectores.

La mansión de los Block era de tamaño mediano, ni muy desmesurado ni muy pequeño.

En la entrada nos esperaba un señor de mediana edad con traje gris y una sonrisa gentil.

El mayordomo de los Block, Alvin.

- Hola. - saludé devolviéndole la sonrisa.

- Me alegro de volver a verla, señorita.

Alvin, el encargado de gestionar la casa de los Block y de cualquier necesidad de los dueños.

En la novela se mencionaba mucho la devoción de él hacia Tara, a quien la quería como una nieta.

La protegió y cuido desde que nació.

Fue la única persona que sabía sobre sus desdichas. Y entre súplicas le pidió que cesará su odio y vivirá su vida.

Incluso le advirtió de la poca fiabilidad de la información recibida para recuperar su loba.

El día que se notificó la muerte de Tara, apenado e impotente por no poder protegerla, renunció.

Aunque no se atrevió a confesar a los padres de ella los sucesos que la llevaron a la muerte , dejo un sobre con una carta y algunas pruebas. Nunca llego a las manos de los Block debido a que un codicioso seguidor del protagonista masculino lo robó.

- Igualmente, Alvin. - contesté sonriendo dulcemente.

"Si... Fuiste un gran abuelo."

Al entrar, subí las escaleras y ahí estaba, la habitación de la villana.

Me detuve para escanear la habitación.

Era un cuarto limpio, organizado y sofisticado que contenía una ventana impolutamente grande.

La vista exterior tenía una vista especialmente clara gracias a la ventana que ocupaba la mitad de una pared.

Una vista lo suficientemente brillante como para que uno esté cegado por la luz del sol.

Podía ver el jardín bien cuidado afuera; un espacio colorido y con varias flores juntas en un equilibrio perfecto: lirios, espireas, pensamientos y coníferas.

"Guau, es muy bonito"

Desde ahora sería mi cuarto.

"Si..."

Cuando termine de inspeccionarlo,me recosté en la cama.

"¿Qué debo hacer?"

Me acurruque en ella y mientras mordía mis labios para estar segura de mi estado actual, intentaba contener las lágrimas que querían fluir.

"¿Por qué yo? ¿No había más personas en el mundo?"

Hay quienes les gustaría estar en un mundo de una novela pero como alguien que prefiere ser espectadora que personaje principal era una pesadilla.

La villana rechazada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora