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Se despertó en una habitación a oscuras.

¿Dónde estaba? 

¿Dónde estaban Nieves y Tubbo? 

¿Por qué estaba tan oscuro? 

¿Por qué había tanto silencio?

Pronto sus ojos se acostumbraron un poco a la falta de luz. Notando que estaba en su propio cuarto. Se levantó con rapidez. Miro a todos lados tratando de notar algo más allá de la inmensa oscuridad. Palmeo su mesita de noche tratando de sacar una linterna. 

Uh, oh, no había nada. 

Se maldijo en voz baja. 

Algo se encendió. Miro hacia atrás notando como la luz venía desde afuera de su habitación. Corrió hacia esa dirección. 

Estaba buscando a Nieves y a Tubbo. ¿Dónde estaban? ¿Habían salido? ¿Pero a dónde? No, Nieves no se llevaría a un bebé con ella en medio de la noche cuando las turbas salen. Entonces, ¿Dónde podrían estar? 

De repente se detuvo. Sus pies estaban tocando algo viscoso y tibio. 

Miro hacia abajo. 

Sangre. 

¿Por qué había sangre en el suelo? El pánico lo inundo. ¿Alguien había entrado? ¿Algún monstruo había atacado a su amiga? Peor aún, ¿Algo había atacado a Tubbo? Empezó a seguir el rastro de sangre mientras su respiración se agitaba. Había tanta sangre. 

Doblo para entrar a la sala. Cayéndose al resbalar con la sangre y golpeando su nariz. No le importo mucho mientras se levantaba y miraba la escena. 

Sus ojos se abrieron y su respiración se detuvo. 

El cuerpo de su amiga estaba tirado en su sala. Cubierto de sangre y con una horrible herida en el pecho que no paraba de sangrar.  

Se acercó y empezó a llorar. Mirando el cuerpo de la mujer. Empezó a buscar indicios de qué fue lo que paso. El pecho de Nieves estaba atravesado, como si alguien hubiera clavado su espada y la hubiera girado para dejar un agujero espeluznante. Quiso vomitar con solo verlo.

De repente se escuchó un llanto. 

¡Tubbo! — grito. Levantándose y dándole una última mirada a su amiga antes de salir corriendo a donde provenía el llanto —

Entro al cuarto del niño. 

Quackity grito. 

La cuna estaba cubierta de sangre. 

El niño. Su niño. 

Su cuerpo tembló por completo. Alas erizándose y pecho apretado. Se acercó a la cuna.

Quackity sollozó.

Las sábanas y mantas estaban destrozadas. Cubiertas de sangre y piel.Pero no había rastro del niño.

Miro a todos lados. Nuevamente escucho el llanto. Esta vez venía desde afuera. 

Su cuerpo se movió más rápido que su mente. Prácticamente, se estrelló contra su puerta para abrirla. 

Delante de él había alguien cargando a Tubbo. Esta persona miraba al bebé con ojos fríos y sin una pizca de simpatía. 

Quackity le grito que le diera a su niño. La persona lo miró. 

Rojo y Gris chocaron.

Quackity trago de forma pesada. Se movió para quitarle al bebé. 

La persona no se movió. Se mantuvo quieto, mirándolo. Analizando sus movimientos. 

Quackity tomo a Tubbo y lo arrullo para que dejara de llorar. Su mirada no se despegaba de la persona frente a él. 

La persona se movió para apuntarle a la cabeza con una ballesta. Quackity apretó a Tubbo contra su pecho.

¿Sabes? No puedes quitarle a la muerte lo que le pertenece — Habló, pero su voz sonaba como miles de personas gritando — 

Quackity iba a hablar. Pero antes de emitir un sonido sintió que de sus brazos goteaba algo. 

Miro hacia abajo.

Donde se supone que debía estar Tubbo no había más que un esqueleto que goteaba sangre.

Quackity quería vomitar y gritar. La sangre goteaba por sus brazos.

Una vez falles, eso le pertenece a la muerte — la persona habló nuevamente. Quackity lo miro — No te deseo ninguna suerte — Y la persona disparó — 

Lo último que vio fue un estallido de colores. 


Y Quackity despertó.


[ Yellow  ] • Karmaland V • PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora