⋘ 𝑃𝑙𝑒𝑎𝑠𝑒 𝑤𝑎𝑖𝑡... ⋙
𝐍𝐨𝐰 𝐥𝐨𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠...
𝐍𝐨𝐰 𝐥𝐨𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠...
ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴇ!.
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Quackity se había vuelto protector con Tubbo. O bueno, mejor dicho, Sobre protector.
Tenía sus razones. Después de ese mal episodio, todas sus fuerzas y energías se enfocaron en una sola cosa: Mantener a su hijo a salvo. Por muy pequeña que fuera. No podía dejar que hubiera la mínima posibilidad de que algo malo le pasara a su niño.
El niño se recuperaba rápido y parecía que nada de ese episodio hubiera pasado. Tubbo estaba haciendo la mayoría de las cosas de la mejor forma. Nada podía quitarle esa energía al pequeño, que ya se encontraba saltando y corriendo por cualquier lugar al que fuera. Quackity sonreía cada que lo veía, pero debía aceptar que cada movimiento brusco que hiciera su hijo lo llevaba a alterarse de forma interna. Todas las alarmas se encendían y era peor cuando se caía al tropezar. Por más que Tubbo asegurará que estaba bien y que no pasaba nada, el hombre mayor no podía dejar de estallar en preocupación cada que algo pasaba. Y claro, esto estaba haciendo que el niño se sintiera abrumado.
Y ahora, incluso luego de medio año, Quackity seguía igual de sobre protector con su hijo. Al punto que Tubbo tuvo que rogarle a su Tío Vegetta que le mintiera a su padre para poder empezar a entrenar. El niño no quería ser alguien débil y sabia que podía aprender bien ¡Era una de las cosas que lo caracterizaban! Aprendía rápido. Así que luego de estar días rogándole a su tío, este accedió a hablar con su padre. Y para sorpresa de nadie, el híbrido de ave se negó completamente. Alego que era algo peligroso y que no quería que Tubbo estuviera relacionado a nada que tuviera que ver con espadas cerca del cuerpo. El niño se quejó, pero cada una de sus quejas solo hicieron que se ganara un regaño y que lo mandaran a su cuarto.
— No es justo – dijo luego de otra discusión con su madre. Quackity estaba cruzado de brazos y lo miraba con el ceño fruncido.
— Pues la vida no es justa, ahora vete a tu cuarto – gruño. Tubbo lo miro con lágrimas en los ojos y luego fue a su habitación. Una vez que solo quedaban ambos adultos (Él y Vegetta, que había sido nuevamente convencido por su sobrino menor) el hombre suspiro y miro a su amigo – ¿Por qué sigues tratando de convencerme? Sabes que diré que no – su voz recalcaba cada una de sus palabras, dura y serie. Vegetta lo miraba con ojos tristes.
— Quackity, hombre. Sé que es difícil, pero deberías dejar que entrene –
— No – respondió, sus alas detrás de él se hincharon, parecía que hubiera crecido unos centímetros y el otro hombre noto la agresividad en esta acción – Tú no sabes lo que se siente – gruño – No voy a dejar que se vuelva a poner en peligro ¡Mucho menos si puedo evitarlo! – Vegetta inclino su rostro. Quackity suspiro, bajando su voz y negando – Mi respuesta sigue siendo no, mientras yo viva, él no va a tener que tomar una espada nunca en su vida – dijo con decisión.
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[ Yellow ] • Karmaland V • PAUSADA
Fiksi PenggemarDonde a Quackity se le es dejada una canasta y una nota.