[ Yellow ] • Karmaland V • PAUSADA

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⋘ 𝑃𝑙𝑒𝑎𝑠𝑒 𝑤𝑎𝑖𝑡... ⋙

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𝐍𝐨𝐰 𝐥𝐨𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠...

𝐍𝐨𝐰 𝐥𝐨𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠...

ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴇ!

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Su celular sonó y la mujer lo miro con curiosidad. Al ver la notificación de un mensaje decidió entrar. Se animó con facilidad a ver de quien eran. Bastante feliz con que el hombre le escribiera. Su felicidad se esfumó y fue reemplazada por plena curiosidad mientras más leía.

Dio un último vistazo a los mensajes. Estaba preocupada por su amigo. Sabía que el hombre llegaba a ser impulsivo con sus cosas. Solo esperaba que no fuera nada malo. 

— Disculpe — Llamó una niña. La mujer la miro y le sonrió. Pidiéndole disculpas por no haberla visto y atendiendo a la pequeña —

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Quackity suspiro mientras se sentaba en una de las sillas de su comedor. Había terminado hace un rato de alimentar al niño y de paso comer algo. Lavo sus cosas y ahora solo se encontraba mirando al bebé jugar. Una suave sonrisa nació en su rostro cuando el bebé volvió a reírse.

En algún momento se perdió en sus propios pensamientos. Cosas tan pequeñas como que debía ir a comprar comida, debería ver a sus animales y debería acicalar sus alas, ya se sentían incómodas. Después su mente lo llevo a otras cosas. Algunas agradables, otras no tanto. No se dio cuenta en que momento pasaron treinta minutos, pero su puerta sonó y pego un salto cuando esto pasó. Miro a Tubbo, el bebé miro la puerta con curiosidad y luego volvió a masticar su peluche. Suspiro y se levantó.

Al abrir la puerta se encontró con una linda mujer pelirroja. 

—¡Nieves! Mi chica — Saludo con una sonrisa. Nieves le devolvió la sonrisa — 

—Hola — le devolvió el saludo con ánimo — ¿Cómo has estado? — preguntó mientras dejaba su bolso en un perchero al lado de la puerta. El hombre la miro con cuidado — 

—Eh tenido días mejores — murmuró. La pelirroja lo miro con aires preocupados. Él le sonrió con cierto nerviosismo antes de moverse para dejarla pasar. Una vez que la mujer entro por completo a su casa (ya saben, sin estar en la entrada principal) Un extraño sentimiento se le acurrucó en el pecho. Nieves le estaba hablando, pero no le presto mucha atención —