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⋘ 𝑃𝑙𝑒𝑎𝑠𝑒 𝑤𝑎𝑖𝑡

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𝑃𝑙𝑒𝑎𝑠𝑒 𝑤𝑎𝑖𝑡... ⋙

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𝐍𝐨𝐰 𝐥𝐨𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠...

𝐍𝐨𝐰 𝐥𝐨𝐚𝐝𝐢𝐧𝐠...

ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴇ!.

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Había pasado un mes desde que el ave tuvo aquel sueño. Y como se dijo aquel día, había empezado a ir a terapia con una mujer del pueblo. Bastante amable y comprensiva.

En un principio, para Quackity, fue imposible el hablar de sus cosas. Estaba asqueado consigo mismo y no se podía permitir el confiar tan fácilmente de una desconocida. Pero con el pasar del tiempo, empezó a soltarse. Hablando de más cosas y expresándose mucho más. La mujer, que era ya alguien mayor, siempre lo escucho con atención y aconsejo de forma que le fuera cómodo hacer las cosas. Más pronto que nunca, Quackity empezó a seguir los consejos de su terapeuta y empezó a ver un cambio notorio en como se sentía. 

Primero que nada, por fin empezó a darle más espacio a su hijo. Dejando que el niño estuviera más tiempo fuera de su vista. Y esto fue un verdadero reto. La ansiedad que llegaba a sentir era horrible, casi llevándolo a vomitar o llorar por las imágenes que pasaban por su cabeza. Al comentar esto con Laura (su terapeuta), la mujer le hizo ver que nunca supero por completo lo que paso el día en que su hijo cumplió 7 años (ya casi se cumplen año y medio de eso, recuerda). Le aconseja que empiece a soltarse de a poco y le recuerda todas las veces que se pone a llorar, que lo que paso ese día, no era su culpa.

Ahora su hijo está sano, es un niño fuerte – dice la mujer mientras toma las manos del hombre (que para sus ojos, no es más que otro niño) – Debe mirar al futuro, mire el ahora también.

Quackity se repite esas palabras mientras deja que el niño salga más seguido a jugar con sus amigos. Las repite cada que llega con una herida y su mente se las grito cuando Tubbo llego mostrando que había perdido un diente por caerse al correr. 

Miren, lo está intentando. Pero su hijo es demasiado propenso al peligro.

Suspira. Lo está haciendo bien. Lo sabe por el hecho de que en este momento, mientras el niño, no está bajo su mirada. No se siente mal. Está preocupado, sí, claro, como cualquier padre. Pero no está siendo ahogado por sí mismo.

Quackity sonríe. A este paso podrá volver a participar más en las misiones con los chicos.

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Pasan cuatro meses más y Quackity está dejando a su hijo con Nieves. Debe ir a una misión con alguno de los chicos, sabe que se demorara unos dos meses en eso. Por lo cual ha estado ahogando de amor al niño y repitiéndole mil veces que lo ama. Tubbo sonríe de oreja a oreja y asiente.

Ahora, mientras caminan a casa de la mujer. Tubbo va saltando las piedras del camino, dice que si pisa alguna de las líneas va a explotar en miles de pedazos. Aunque Quackity piensa que es una imaginación algo bizarra, se ríe del juego y lo intenta. Ambos llegan a su destino dando saltos por cada piedra hasta llegar a la puerta; en donde, con rapidez, el niño toca y cuando la puerta es abierta, Tubbo se lanza a los brazos de su tía. Nieves contiene una mueca cuando la cabrita le pega en el estómago. Quackity le da una mirada de disculpas y después de dos minutos ya están los tres dentro de la casa. 

¡La segunda habitación a la izquierda es toda tuya campeón! – Nieves grita cuando el niño entra y apenas escucha eso ya está corriendo en aquella dirección. La mujer sonríe cuando el menor chilla de emoción y desaparece por la puerta.

¿Segura que no es un problema? – Pregunta Quackity. En respuesta, la mujer pelirroja le da un golpe en la cabeza.

¿Cómo crees? Tubbo es prácticamente mi hijo también, nunca será un problema para mí – dice y Quackity asiente mientras se soba el lugar en donde la otra le pego. 

Pasan una hora charlando antes de que el hombre se tenga que ir. Quackity suspira y llama a Tubbo para despedirse. Le dice que debe portarse bien con su tía y que antes de que se dé cuenta, ya va a estar con él de nuevo. El niño asiente y sonríe, promete que se portara bien y cumplirá sus tareas, a lo cual el hombre asiente y llena de besos su joven rostro antes de irse. 

Tubbo se despide de él mientras le grita que le traiga algo bonito. Quackity sonríe con tranquilidad al saber que su niño estará bien en manos de su amiga. 

Mientras el hombre sale acompañado de sus amigos de aquellas tierras, una persona observa desde los bosques. 

Mientras un dios trata de advertirle a los demás sobre el peligro en el que se encuentran, una diosa aguarda en silencio el momento ideal.

Mientras un dios trata de advertirle a los demás sobre el peligro en el que se encuentran, una diosa aguarda en silencio el momento ideal

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✨ Cortito, disculpen 😢✨

[ Yellow  ] • Karmaland V • PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora