10

3.1K 127 6
                                    

Narra Liam

Son las once y media y Mika todavía no ha regresado a la mesa.

Mientras que Zayn se mensajea con alguien y nuestros padres charlan tranquilamente entre aperitivos y canapés, yo desaparezco con la excusa de ir a la cocina en busca de la bandeja con copas de uvas. 

Me encuentro a Mika frente al fregadero, intentando de manera brusca eliminar la mancha de su vestido.

Camino a sigilo hasta detrás de ella y solo entonces le paso las manos por la cintura. 

─Joder─protesta dando un pequeño salto en el sitio─. ¿Qué haces aquí?

─Solo quería comprobar que no te estabas tocando a escondidas. 

─Apártate─me exige aún de espaldas a mí. 

─Apartame. 

Le dedico una sonrisa cuando los segundos pasan y veo que seguimos en la misma posición: ella de espaldas y yo con las manos sobre su cintura. 

─¿Ves?─me acerco a su oído para susurrar:─Quieres esto tanto como yo. 

La veo tragar grueso.

Noto como la piel se le eriza y no puedo evitar apartarle la melena rubia y pasar la punta de mi lengua por su cuello. 

Inmediatamente un jadeo escapa de sus labios.
Aprovecho que está distraída para introducir mi mano en los bolsillos de mis pantalones. Cuando pulso el botón un escalofrío la recorre de pies a cabeza.

Deja caer el trapo de sus manos para apoyarlas sobre la encimera. 

─¿Por qué haces esto?

─Ya te dije que no me importaba tener que torturarte un poco. 

Me observa de reojo y cuando hace un ademán de quitarme el mando, escondo la mano detrás de mi espalda. 

─¿Qué crees que estás haciendo, novata? 

─Dame el mando. 

─No creo que eso vaya a ser posible. 

─Liam─advierte.

La ignoro por completo.

Apoyando mi cabeza en su hombro le sonrío.
Suelta otro jadeo cuando aumento la intensidad de las vibraciones. Cierra los ojos a la par que se muerde el labio inferior.

Esa imagen consigue calentarme en cuestión de segundos. 

Una fuerte presión se instala en mis pantalones y me pego un poco más a ella. 

─Más…─susurra. 

La he oído perfectamente pero prefiero hacerme el sordo. 

─¿Cómo? No te he entendido. 

─Liam, por favor. 

─¿Por favor qué?

─Joder… Aumenta la maldita intensidad ─exige un poco molesta. 

─Shhh… No grites. Te van a oír. 

En ese preciso momento es cuando se da la vuelta y queda frente a mí.

Sin decir nada más, aprieto de nuevo el botón. Apoyada en el borde de la encimera, deja caer su cabeza en mi hombro. Con una mano me agarra de la parte baja de mi cuero cabelludo haciendo que mi excitación aumente aún más. 

Pego mi abultada entrepierna a su estómago. Quiero que sienta lo duro que estoy ahora mismo. 

Comienzo a jugar aumentando y disminuyendo tanto la intensidad como la velocidad. Eso provoca que Mika se aferre con fuerza a mi camisa. 

Enfermizo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora