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Narra Mika

No me puedo creer que esto me esté ocurriendo a mí. Nunca pensé que Eiden sería capaz de hacer tal atrocidad.

Pensaba que a pesar de todas nuestras discusiones sin sentido, en el fondo me quería. Me quería tanto como yo a él. Pero ahora veo lo equivocada que estaba. 

Recuerdo perfectamente el día que grabó ese vídeo.

Aquella tarde Liam rompió con Kayla y yo no me enteré hasta días después, cuando mi mejor amiga llegó a clase con unas ojeras descomunales. 

Aquella noche llamé a la puerta de la habitación de Liam con segundas intenciones y él me rechazó.

Aquella noche Liam descubrió que me drogaba. 

No es algo que haga habitualmente. Tal sólo en presencia de Eiden, porque es él quien insiste en pasar un buen rato, en despejar la mente. 

Y yo nunca me he atrevido a negarme por miedo a que se enfade y decida volver a dejarme.

Creo que sobra decir que ese vídeo de contenido sexual se grabó sin mi consentimiento.

Ese hijo de puta aprovechó que no estaba en mis cabales y me utilizó como le vino en gana. Y siento asco. Mucho asco.

Me entran nauseas de solo pensar que posiblemente todo el instituto me ha visto desnuda, en una situación tan comprometida. 

Doy gracias porque hoy sea sábado, así tengo dos días de margen para asimilar la situación y ver como me enfrento a las burlas, insinuaciones e insultos. 

No tengo apetito. Decido saltarme la comida, igual que he hecho con el desayuno, y me paso la tarde encerrada en mi habitación.

Tampoco he encendido el móvil. Lleva fuera de cobertura desde anoche, por insistencia de mi hermano.

No me atrevo a hacerlo.

Me da miedo tener que enfrentarme al sin fin de mensajes y comentarios que están esperando mi regreso. 

A eso de las seis mi madre llama a la puerta de mi habitación. 

─Cariño, ¿va todo bien?─pregunta asomando la cabeza─. Hoy apenas te hemos visto el pelo. 

Me incorporo un poco en la cama. 

─El período, ya sabes. El dolor me obliga a pasar el día en la cama. 

─Entiendo.

Silencio. Luego, cuando parece que ya está a punto de marcharse, añade: 

─Ha venido alguien a verte. 

Cuando abre la puerta del todo, detrás de ella aparece Zayn. El estómago se me encoge. 

─Ey─saluda. 

─Ey. 

─Bueno… Cualquier cosa estoy abajo, en la cocina─se despide mi madre. 

─Gracias señora Carter. 

Cuando Zayn entra se deja la puerta abierta, cosa que sinceramente me sorprende. Se acerca hasta quedar frente a la cama y la señala. 

─¿Puedo sentarme?

Frunzo el ceño. 

─¿Desde cuándo pides permiso para tal tontería?

Él se deja caer en ella al mismo tiempo que pone los ojos en blanco. 

─Intentaba ser amable. 

─Lo siento. Hoy no me pillas de buen humor. 

Asiente.

Enfermizo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora