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Narra Kayla 

Me lleva unos minutos darme cuenta de lo que está a punto de pasar.

Aún sabiendo que no es lo correcto, no puedo dejar de mirar a Mika y a Liam.

A ella se le ve segura, sabe lo que hace, parece que tiene el control de la situación.

Él en cambio, por la expresión de placer que se dibuja en su rostro, debe de estar disfrutando mucho. Demasiado.

Un gemido escapa de sus labios cuando Mika, con la lengua, dibuja círculos alrededor de la dura y rosada punta de su polla. 

─Eso es, ahora los huevos. Chúpamelos.

Doy unos pasos, acercándome a ellos, para poder ver con exactitud la erótica escena que tengo ante mis ojos.

Mika se introduce los testículos en la boca, los chupa, lame y succiona, haciendo que su hermano suelte un gruñido. 

─Joder, sí. Sigue así, maldita guarra, sigue chupando. 

Las sucias palabras de Liam me provocan un leve cosquilleo en la entrepierna.

Lo que más me gustaba de él era su impura manera de tratarme en la cama; tan exigente, tan agresivo, tan irrespetuoso… 

─¿Piensas quedarte ahí toda la vida? ─La pregunta de Zayn hace que regrese a la realidad; a la habitación del único motel de una ciudad que alberga mil y un secretos. 

A mi primo le ha dado tiempo a desvestirse por completo, su dura erección se hace notar dentro de un apretado bóxer negro. 

─No sé muy bien por dónde empezar ─confieso, más perdida que nunca. 

─Tranquila, cariño. Eso se soluciona en un santiamén. 

A continuación, camina hasta quedar a mis espaldas.

Despacio, me rodea la cintura con las manos, su cálido aliento en mi nuca consigue ponerme los pelos de punta. 

─Relájate, ¿vale? ─Por inercia, asiento. No sé muy que pensar ni cómo actuar─. Hemos venido a disfrutar y a cumplir una de tus fantasías. 

─Uy sí, hacer una orgía con mi primo, mi ex novio y mi mejor amiga, la fantasía de todo el mundo.

Zayn se ríe. Acaricia mis brazos al mismo tiempo que posa un dulce beso en mi hombro. Después se acerca a mi oído y en él susurra: 

─Vamos a follarte tan duro que mañana no podrás ni caminar. 

Me vuelvo para ver una socarrona sonrisa en sus labios. Con el dedo recorro el filo de su bóxer subiendo por todo su duro y definido torso. 

─¿Y qué más?

─Te haremos correr a chorros, tan fuerte que perderás el conocimiento. 

Poco a poco un sofocante calor comienza a ascender por mi columna vertebral. Me muerdo el labio inferior.

Zayn se atreve a bajar los tirantes de mi vestido, con la mirada me pide permiso para poder continuar. 

─Adelante, soy toda vuestra. 

Y con esas palabras consigue enloquecer.

Una vez mi vestido cae al suelo, él se abalanza sobre mis labios, buscando mi lengua con desesperación.

Me las apaño como puedo para quitarme la ropa interior. Tiro mi sujetador a una esquina cualquiera de la habitación, al llegar a mis bragas, Zayn me frena con la mano. 

Enfermizo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora