3 años atrás.
El día que él comenzó a verla con otros ojos pensó que estaba a punto de morirse y que seguramente por todas cosas malas que había hecho a lo largo de su corta vida, iría al infierno.
La conocía desde hacía muchos años, habían crecido juntos y siempre la había visto como la hermana de su mejor amigo. Nunca pensó que ella sería capaz de cruzar esa fina línea que separa la amistad del amor.
En este caso, lo que ella sentía no era exactamente amor, sino curiosidad.
Ella, después de su primer beso con su hermano, quería experimentar, ir un poco más allá.
Todo comenzó con un simple mensaje y terminó con una mano llena de semen.
Su primera paja.
2 años atrás.
Desde aquel fortuito encuentro, no se la podía sacar de la cabeza.
Se despertaba y se acostaba pensando en ella, estaba en su mente a todas horas y temía volverse loco en cualquier momento. No lo entendía.
Había sido una simple paja que apenas llegó a durar más de cinco minutos.
Debía ser capaz de poder olvidarla, de estar con otras chicas sin pensar en ella, pero no podía y eso en parte le cabreaba.
Su corazón se rompió por primera vez cuando su mejor amigo le contó que ella ahora estaba saliendo con un chico. Un chico que no era él.
─Lo odio. Lo odio con todas mis fuerzas, lo juro─le confesó a su amigo.
Éste se limitó a asentir. Ambos siempre estaban de acuerdo en todo y esto no podía ser menos.
─Créeme, yo también.
1 año atrás.
En un año las cosas pueden cambiar mucho.
Suponía que nada se planeaba, que todo surgía de pronto y que si ocurría era por algo.
La primera vez que se sintió atraído por un chico se sintió confuso, por eso no dudó ni un segundo en probar con uno y así poder quitarse todas esas dudas de encima.
Confirmar su bisexualidad fue una de las mejores cosas que pudo pasarle nunca, porque a raíz de ahí conoció a gente nueva. Gente que lo llevó a experimentar y descubrir un mundo nuevo.
Por fin se había conseguido sacar a Mika de la cabeza. O eso creía él.
Tuvieron que pasar muchos meses, muchas chicas y muchos chicos por su vida hasta que ella decidió regresar a ponerlo todo patas arriba.
Todo comenzó con una simple fiesta de cumpleaños y terminó con una boca llena de semen.
Su primera mamada.
─¿Por qué haces esto?─le preguntó él abrochándose los pantalones.
─No sé a qué te refieres.
─Sí, sí lo sabes. Desapareces y apareces en mi vida cuando te da la gana. Además, ¿no estabas con Daniel?
─Eiden. Mi novio se llama Eiden,lo sabes perfectamente.
─¿Y qué pasaría si ahora tu novio se entera de lo que acabas de hacer? No me cuesta nada enviar un mensaje.
Ella se río como si él acabara de decir lo más gracioso del mundo.
─Créeme, Zayn, no lo harás.
─Te veo muy segura de ello.
─Sé que te gusto, solo hay que mirarte a los ojos para darse cuenta.
Silencio.
Él no supo muy bien qué decir.
No quería afirmarlo porque odiaba darle la razón a los demás, pero tampoco podía negarlo porque joder… La quería y deseaba a partes iguales.
Al final acordaron guardar el secreto de la infidelidad. Aunque Mika no lo consideraba una infidelidad porque para cuando aquello ocurrió ella había vuelto a romper con Eiden.
Zayn no esperaba desvirgar a Mika y Mika no esperaba pedírselo. Simplemente ocurrió, no lo pensaron mucho.
Igual que no pensaron en todas las cosas que sucedieron después.