~•Creo que me enamoré•~
Veia a Mafu haciendo cosas muy pero muy extrañas.
Usualmente cuando terminaba de trabajar venía a casa, siempre, y ya conocía como se desenvolvia en la misma.
Era por ese simple hecho que verlo moverse tan sereno pero internamente inquieto que me daba cuenta de que algo andaba mal.
--¿qué te sucede?--al preguntar se quedó quieto y se acercó a mí para sentarse a mi lado, eso es otra cosa que noté; sus movimientos levemente calculados y reservados, él estaba pensando mucho.
--nada... No me siento bien del estómago--se excusó, pero era una muy clara mentira, ambos comimos chocolate de camino a casa.
--yo soy un pato, ¡cuack!--me crucé de brazos y esperé que me respondiera.
--... Enserio no me pasa nada--se acomodó tranquilamente, pero por dentro estaba muy inquieto, lo podía notar.
--basta, Mafu, dime, ¿qué pasa?--
--... Yo.. Yo...--me quería decir lo que le pasaba pero se seguía aguantando.
--Mafumafu--usé una voz seria, quería saber que le pasaba a Mafu, y matar al causante de su actitud.
En ese momento se volvió a acomodar y abrió la boca.
--Ama-chan... Creo que me enamoré--en ese momento me agarró un ataque de locura, miedos, no quería que le hicieran daño a mi pequeño amigo.
--¿¡ehhh!?--me puse encima del sillon, parado, mirandolo fijo y con ganas de saber todo, y en especial; ¿amor?
En esa palabra empezé a perderme en un recuerdo.
--oye Mafu--dije mientras lo movía rápidamente, él se estaba durmiendo en mi hombro, pero yo queria seguir habando aún.
--¿eh?...--dijo somnoliento y se acomodó un poco--¿qué pasa?--se resfregó los ojos y me miró atentamente.
--Mafu, ¿que pasó con ese chico? ¿El de pelo castaño? Ese...--dije acariciando sus cabellos.
--nada importante...--sentí calma al escuchar eso, si habia algo que temía era que Mafu entrara en el cruel mundo del amor, él era muy pequeño, muy fragil y muy inocente, no podia permitirme que cayera en las garras del terrible amor y el enamoramiento.
--¿no te gusta?--seguí interrogado.
--es lindo, pero...--bostezó--no es mi tipo en lo absoluuto--procedió a recostarse en mi regazo.
--que bien...--acaricié sus cabellos.
--bueno, dejame dormir...--sonrió levemente y le devolví la sonrisa, me alegraba que no se haya enamorado de ese chico ni nada de eso.
Volví al presente, con un Mafu desesperado.
--¡no sé! Estoy... Bueno yo creo... ¡No lo entiendo! Esto es complicado...--tapó su rostro con sus manos y decidí empezar por el comienzo.
--¿cómo se llama?--me relajé y volví a sentarme, para que Mafu se tranquilizara como yo.
--b-bueno... Su nombre... Su nombre es Soraru--me quedé mudo, por un segundo me quedé recalculando.
Soraru... ¿¡Su gato no se llamaba Soraru!?
Me le quedé mirando, estuvo dos años llorando por su gato ese que me rasguñó, "Soraru-san, Soraru-san", como olvidar ese nombre...
Algo no cuadra.
--¿tu gato no se llamaba así?--cuando pregunté su rostro cambió a uno de culpable, me le quedé viendo.
--b-bueno...--se encogió de hombros.
--Mafu, ¿qué pasa? No entiendo, pero es algo malo, ¿sierto?--no era capaz de entender lo que estaba pasando.
--pues...--no lograba hacer contacto visual conmigo, se veia desesperado en una explicacion que seguia formulando.
Entonces la mente formuló una explicación para mí mismo.
Su gato. El chico del café-restaurante. Los ojos de ambos.
--... Híbrido--dije observando a Mafu con una seriedad que desconocía tener.
Su rostro, su semblante... Me contestó sin palabras.
--...--
--¿cómo...? ¿¡Qué!?--siempre lo defendería hasta si por alguna extraña razon del destino se enamoraba de un híbrido, pero no podia evitar sentir esa locura desesperante, porque estaba muy mal.
Estaba prohibido.
--y-yo...--empezó a llorar--¡no lo sé! Cuando lo adopté... Y luego... Pero no quise delatarlo... ¡Ya me habia encariñado demasiado! Y luego... Después se fué... Por mi seguridad pero luego lo volví a ver y le insistí en que... Y todas las noches viene, al menos estas dos ultimas... ¡Y me di cuenta! P-pero...--
Estaba paralizado, las ganas de sacudir a Mafu de los hombros y decirle que estaba mal empezaba a invadir mi cuerpo, pero no podía, ¡es mi pequeño niño!
Mafu... ¿En qué te has metido?
"Después se fué... Por mi seguridad".
Esas palabras... El híbrido habia sido realmente considerado, él era conciente de lo que pasaba, pero, ¿Mafu? ¡Mafu no lo entiende!
--¿te volviste loco? ¡Es un-!--me mantuve en silencio--esto está mal, ¿cómo te enamoraste? ¿Por qué le insististe de aparecer todas las noches? ¡¡Es muy peligroso!!--agitaba mis manos para no agitar los hombros de Mafu como un loco.
--y-yo... ¡Lo necesitaba!... No queria estar sin él, ¡no!--sus mejillas se pusieron rojas mientras sus facciones mostraban culpa y miedo, era muy obvio; de verdad estaba enamorado...
--Mafu...--lo abrazé muy triste, esto era un gran problema.
Entre los dos se conformó un silencio bastante alarmante, me sentía muy mal por todo esto...
No puedo creer que te descuide un segundo y estés enamorado de un híbrido, un hibrido...
--perdon Ama-chan, no debí dejar de escuchar tus advertencias sobre los híbridos--
--descuida, era obvio que algo así pasaría tarde o temprano--al escuchar eso se separó de mí y me observó.
--¿cómo?--
--ahhh--suspiré--siempre amaste saber como era que un humano pudiera tener orejas en su cabeza, y cola, y la posibilidad de ser un animal con la conciencia y los pensamientos humanos también en ellos--recuerdo las veces que se quería ir corriendo al lado de los hibridos solo para entenderlos, pero que yo le recordaba que en ese lugar nosotros eramos los que corriamos peligro.
Tarde o temprano pasaría, pero ahora lo mejor que podiamos hacer era mantenerlo entre nosotros, si no estuviera prohibido no encontraría problema alguno, pero el resto de las personas no es así, y podria...
Podría...
Miré a Mafu y quise llorar, él corria peligro, este mundo no es lo que deseo para mi dulce amigo, es cruel e injusto.
Solo deseo que nadie más se entere...
:(
ESTÁS LEYENDO
Dueño ||Soramafu||
FanficMe llamo Soraru, tengo 21 años y vivo en... ¿Esto se puede llamar un hogar? Vivo en una jaula, junto a demás animales en una tienda común y corriente. Soy mitad humano y mitad gato, sí, es extraño pero no imposible, desde muy corta edad vivo en este...