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~•Actitud rara•~

Me desperté con el fatídico ruido de la alarma, en mi mente no dejaba de insultar que hoy era lunes.

Mucha semana, saltemos a diciembre.

Me levanté de la cama con extrema pereza y observé a Soraru-san, seguía durmiendo.

¿No te levantarás junto a mí ni me acompañarás a desayunar?

Soraru-san no deja de actuar distante y de ignorarme, todo le importa muy poco...

El estudio y el trabajo me tienen lejos de él, por momentos me olvido de su presencia, pero ultimamente no deja de estar en mi cabeza, se comporta extraño.

--Soraru-san~ ven a comer--con seriedad me observó.

--meow...--dió un leve salto desde la mesa y se colocó debajo de mis pies.

--...no te daré de comer si no te vuelves humano--

--...--se volvió humano y miró la comida.

--...--los dos nos quedamos en completo silencio, el aire se sintió tenso.

--¿me da la comida, dueño? Por favor--desvió la mirada otra vez y no me miró siquiera.

Suspiré, sigo preguntandome la razon del comportamiento de Soraru-san y de como se vé.

Desayuné lentamente, perdí la noción del tiempo y de la hora, tanto que cuando miré el reloj ya se me estaba haciendo muy tarde.

--mier...da--

Corría a la universidad rapidamente porque otra vez estaba llegando muy tarde.

Otra vez...

Este dia es detestable, me siento fastidiado y molesto, algo triste también y no puedo comprender...

Pasaron dos semanas en las que él se comporta extraño, Soraru-san no es capaz de verme a la cara...

Y...

La mayoria del tiempo es un gato, ya no está como humano, no lo entiendo.

--¿Estás enojado conmigo?--

--...--en su forma felina solo me miraba fijamente, se sentía diferente, era como si estuviera vacío.

--¿Eso es un "sí"?--lo tomé entre mis brazos y lo recosté en mi regazo.

--miaw--solo maullaba, sé que algo me está diciendo pero no sé que cosa, solo quisiera que se volviera humano y me hablara, que me dijera lo que le pasa.

--¿Qué te está inquietando?--lo acaricié y él no dijo nada, no maulló siquiera.

Te sientes distante...te comportas como...

Como un gato común y corriente.

Me encogí de hombros y seguí escuchando al profesor hablar, todo no se guardaba en mi cabeza, me sentía tan mal...

Soraru-san...¿Que pasa? ¿Hice algo malo acaso?

Me sentí agotado, tanto mental como físicamente, todo era pesado...

Sólo...

Quería estar con él, abrazarlo, preguntarle que sucedía...

Qué.

--¿qué somos nosotros?--hablé en voz alta sin darme cuenta hasta que las palabras sonaron sutílmente en el salón.

--¿Acaso preguntó algo?--el profesor me miró fijo, pensando en que pregunté algo de su tema.

--no, yo...--me quedé en silencio y el profesor caminó hacia mí.

--no estás bien...¿cierto?--susurró para luego sonreír--como eres un buen alumno puedes...irte--le sonreí de boca cerrada y me levanté.

Sólo...

Tomé mi morral y salí corriendo, debia ir al apartamento con Soraru-san.

¿Por qué tengo este mal presentimiento?

[ Soraru ]

Me dí la vuelta y sentí mis manos temblar levemente, sentí frío.

Estaba deambulando de un lado a otro y decidí volverme gato, no era conveniente caminar como humano, me descubrirían de esa forma.

Empezé a buscar la tienda, me sentía tan mal que...mi interior cada vez se desmoronaba más y más, odiaba todo esto de la familia, de que alguien te adopte, te encariñes y luego...

Te desechen por ser...hibrido.

Él estaba distante, yo estaba de la misma forma.

Era mejor que adoptara un gato normal y corriente, no a un gato como yo, que le traerá problemas y angustias...

Me quité el collar y lo dejé en el sillón, luego me volví un gato.

Lo extrañaré demasiado.

No queria seguir estorbando en este lugar, realmente no sé lo que estoy haciendo aquí.

Salté por la ventana y me trepé por los balcones, poco a poco empezé a descender al suelo.

Adiós, mi dueño Mafu...me hubiera gustado despedirme de una mejor manera...

[ Mafumafu ]

--¡Soraru-san!--tiré al suelo el morral y corrí al cuarto.

--debemos hablar, por favor--me asomé al cuarto y no estaba, una sensación extraña y un sabor amargo en mi boca me hicieron sentir que las cosas estaban mal.

--¿Soraru-san?...--corrí a la cocina.

No está.

--¿So...raru-san?...--lo busqué en el baño.

Acá tampoco.

Por ultimo me fijé en el sillón, y encontré lo que me temía.

--no...--mis ojos se llenaron de lagrimas.

En mis manos tomé su hermoso collar azul brillante.

--Soraru-san...--abrazé el collar entre mis manos y corrí a asomarme por la ventana.

--¡¡Soraru-san!!--grité desde el balcón con todas mis fuerzas y miré hacia abajo.

Nada.

No estaba por ningun lado, algo en mí se quebró totalmente.

Dime que no es sierto.

Terminé cayendo de rodillas al suelo con su collar en mis manos, las lagrimas descendían poco a poco por mis mejillas.

Mis ojos se detuvieron en aquel pedazo de papel blanco que estaba en la maceta de mi planta.

Lo siento, sé que es muy cobarde irme sin despedirme, lo siento mi dueño...
No quiero estorbar, sé que solo hago eso, no...mejor adopte un gato común y corriente, ya sabe, de esos que son solo gatos que no piensan ni hablan como humanos...
Lo quiero mucho, y me duele irme pero ambos sabemos que yo...nunca debí aparecer en su vida y estorbarle.
Por favor, adopte un gato normal y no salga con el tal Amatsuki, me cae mal, busquese a alguien mas lindo por lo menos...y gracias por enseñarme a escribir y leer, me sirvió mucho, fué...el mejor dueño que pude haber deseado, solo quería que lo supiera, solo eso.
Soraru.

Algo en mi pecho volvió a estrujarse con mas fuerza, no podía dejar de llorar.

La puesta de sol era deprimente, el sol caía como mis lagrimas, me levanté y a pasos pesados caminé hacia adentro.

No me importa, yo te buscaré.

--Aunque me lleve uno o dos años yo te encontraré--

Dueño ||Soramafu||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora