Our Sun (Minsung)

3. La Mujer mágica

Nota de autora : para disfrutar mejor del capítulo, cuando aparezca este símbolo
🎧✨, recomiendo reproducir en Spotify u otro. La canción : Im right here de Theodore Shapiro.

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Cuando una mujer y un hombre se gustaban mucho, al punto de estar realmente enamorados. Sucedía que de pronto eran capaces de hacer magia.

Desde que ambos decidían traer un nuevo niño al mundo. Aquellos poderes se activaban en sus cuerpos.

Su papá le explicó con mucho cariño la forma en que la magia aparecía.
El hombre tenía que entregar una parte de su energía a la mujer y ella guardaría esa misma en su pancita durante nueve meses.

Dos seres humanos comunes y corrientes, eran ahora capaces de crear vida.

Aquello a Yong-sun casi le vuela la cabeza. El nunca se había preguntado antes, desde donde había venido.

Minho se encargó de responder cada una de sus preguntas.
¿Y cómo podía respirar allí adentro?
¿No chocaba con la comida que su mami devoraba?
¿Por qué no se ahogaba si estaba flotando dentro de un estómago?
¿Por donde escapó cuando decidió nacer?

Solo faltaba una sola duda por responder ¿Dónde estaba mamá?

Su padre lo acomodó entre las piernas y le acarició el cabello. Luego de un sonoro beso en su mejilla, le contó sobre la mujer mágica.

Usualmente, luego de haber traído a un nuevo humanito al mundo. La magia escapaba del cuerpo de sus padres.
Podía volver si decidían tener otro hijo, pero mientras no era así, volvían a ser humanos comunes y corrientes.

Cuando una persona seguía manteniendo aquellos poderes incluso cuando su bebé ya había nacido. Podía traerle problemas.

Al transformarse en un ser mágico no autorizado a convivir con mortales, los ángeles del cielo venían a buscarle.

Su madre había guardado magia luego de que él nació. Su madre fue una mujer mágica.

A Sun aquello primero le llenó el corazón de tristeza ya que definitivamente no podría verla. Pero cuando su papá le fue relatando todas las cosas divertidas que ella podía hacer allí arriba, se alegró mucho de que hubiera podido mantener esa magia.

Aquel lugar se oía bastante bonito.

(...)

Los pequeños ojos almendrados de Sunnie, se encontraban enfocados en su propia nariz. Se veía muy gracioso intentando mirar la polilla que se había detenido en la punta.

Sonreía nervioso ante aquel impresionante suceso.
Qué torpe polilla, se había confundido tanto.

Una mano se agitó frente a su rostro espantando al pequeño visitante.

Sun frunció el entrecejo y observó molesto a la mujer de peinado con estilo ochentero, que se encontraba sentada a su lado.

--- Ay, que asco el bicho. Menos mal estoy cerca ¿por qué no lo quitabas?

--- Era mi amigo.

--- Pequeño, no podemos ser amigos de los bichos.

--- ¿Y por qué no?

La mujer quiso rodar sus ojos, pero se contuvo. El pequeño niño que habían dejado bajo su cuidado, no había dejado de hacerle todo tipo de preguntas.

Llevaba allí una media hora y hasta ese momento había respondido al menos unos veinte cuestionamientos infantiles.

Sunnie no era tonto. El sabía que aquello irritaba a la mujer, podía verlo en sus pequeños gestos faciales.