30

1.7K 255 28
                                    

— ¡El paciente tiene infarto! — una enfermera anuncio, la preocupación que llevaba la enfermera alteró a todos.

Dos doctores y tres enfermas entraron a la habitación, la desesperación había llenado en todo el pasillo, solo este a ellos y escuchaban los gritos de los doctores y como corrían de un lado a otro, el mayor cayó de rodillas al pensar en lo peor. Apretó sus puños con impotencia, se mordió el labio para contener su llanto.

— ¡Traigan la dosis 12! — uno de los doctores grito, una enfermera salió corriendo. La situación estaba muy tensa, el ambiente se convirtió en uno más pesado.

— Joder — el rubio cayó sentado, paso una mano en su mano por si cabello. Con un rostro en bla con y sus ojos poco a poco se empañaban.

— Lo perdimos — El peli rosa levantó a su esposo, apretó levemente su brazo.

— Me había dicho que estaba estable — Draken se tapo la cara con sus dos manos.

— Perdimos a Baji — Mikey derramó las primeras lágrimas, Kazutora se tapo la boca.

Baji había dejado este mundo, había dejado a su hijo. Todavía tenía muchos problemas y ese idiota se había dado.

— Llamaré a la madre de Baji — Draken saco su teléfono, se había aguantado las ganas de llorar. Pero no podía verse vulnerable en ese momento. Se alejo de ellos para marcar a todos y arreglar todo.

Kazutora estaba muy preocupado por el cachorro, el pobre apenas era un cachorro y había perdido su lazo por completo. Sabía de las consecuencias y no le gustaba para nada, un cachorro así no debía de sufrir tal vínculo. Era un verdadera mierda, no había pasado ni 24 hrs que todo había pasado tan rápido. Había perdido un amigo e hermano, pero no quería que el cachorro se le fuera.

— Tienes que sobrevivir esto — Kazutora junto sus manos, estaba rezando por el menor.

Sanzu suspiro y nego con la cabeza, tenía que pensar bien las cosas ahora en adelante. El menor había sufrido un vínculo roto, el más que nada lo había sufrido por parte de su madre y había sobrevivido. Las ganas de vivir eran más fuertes, su hermana menor la había sufrido peor por ser una cachorra muy pequeña. Su hermano Takeomi era una de las personas que aguanto todo ese dolor solo para estar con ellos en esos momentos. El dolor era un maldito infierno.

Mikey se limpio la cara, tenía que preocuparse más por el cachorro que estaba en esa habitación. Se acercó hacia la habitación y vio la escena más dolorosa, el pobre niño estaba descubierto de su pecho y lo estevan reanimando. Miro a Kazutora y después miro al menor, sin pensarlo se acercó al menor, los doctores lo miraban con preocupación. Saco sus feromonas mientras los doctores segunda haciendo su trabajo.

— Mafuyu — susurro — se que eres demasiado fuerte para esto, tu padre te crío para afrontar las cosas más difíciles. Acepta mis feromonas, por favor. Vive, tu padre no habrá querido que vallas con él.

Tomo la mano del niño, apretó su mano. Tenía que estar tranquilo ahora y ayudar al menor, tenía que hacer que el niño luchará para vivir. La máquina empezó a sonar, miro los signos vitales, sonrió levemente saco más sus feromonas.

Recordaba como su hermano le contaba que la señora Baji había dejado sacado sus feromonas para que él los aceptara y sugiera viviendo. Era un circunstancia de vida o muerte, la madre de su amigo lo había ayudado en ese momento, al igual que su hermano. El tenía que ayudar al hijo de su amigo, solo para que el menor sobreviviera.

— Su corazón está demasiado débil — el doctor lo saco de sus pensamientos — pero sus feromonas lo ayudado mucho, casi lo perdemos. Por favor quedase hasta que vengamos por un medicamento más fuerte y ayude al cachorro.

Asintió con a cabeza, a todos esto solo ayudaba para que el cachorro viviera y supiera que no está solo, pero.de todas maneras estar las consecuencias de este alzo roto.

***

— ¿Qué pasa? — Ryusei miro a su pareja y este miraba por la ventana.

— Solo sentí un pinchazo en mi pecho — Chifuyu se tocó el pecho — debe ser por Kei.

El mismos se quería mentir, pero sentía que algo había pasado. Se mordió el labio al ver todo oscuro. Pero un así sentía esa sensación, cerro los ojos tratando de dormir un poco.

En el sueño

Estaba en aquel lugar que solía ir con Baji, era como si nodo. Ese lugar era su refugio para ellos dos, sonrió y se acercó en aquella banca de color dorado. Se sentó solo para ver esos pétalos de cerezo.

— A pasado un tiempo — la voz de Baji lo sobresaltó.

— ¿Qué haces aquí? — aunque era aún sueño para él, sentía la necesidad de hacer algunas preguntas.

— A disfrutar un poco — el peli negro tenía sus manos metidas en su bolsillos de su chamarra — estar por última vez en este lugar.

— Baji — Chifuyu se inclino hacia delante y con sus codos lo recargo en sus piernas — ¿Te haz arrepentido por lo que haz hecho?

— Cada día y cada noche, aunque no me arrepiento de tener a mi hijo. Él no tiene la culpa de mis decisiones, el es un cachorro. ¿Te puedo pedir algo? — baji volteo a verlo y este a él.

— Depende — miro esos ojos castaños, tan lindos como recordaba.

— Puedes cuidarlo, no estaré a su lado ahora en adelante. También quería disculparme por todo el daño que te hecho, fui un idiota y creo que no podré hacer en persona — sonrió, haciendo que Chifuyu se incorporara. Lo miro con sorpresa.

Baji se levantó y le hizo una reverencia — Siempre te amare, ojalá en la otra vida pueda estar contigo. Lamento mucho los problemas en que te metí y en qué te hice pasar. Quiero despedirme de ti antes de irme.

— Keisuke — Chifuyu se levantó y lo caricio la cabeza — ¿Qué estupideces dices?

— Solo te pido perdón y un favor — Baji se incorporó — ya me tengo que irme, ojalá puedas cuidar de mi hijo.

— No me digas — Chifuyu tenía sus ojos lleno de lágrimas — Baji antes de irte quiero decirte algo.

El de cabellos largos miraba al menor, sonrió y nego con la cabeza. Le toco el hombro, no quería saber.

— Kei es tu hijo — Chifuyu miraba como poco a poco el peli negro desaparecía.

— Así que si tenía un hijo contigo — Baji sonrió más — Mi pequeño Mafuyu tiene un hermano, ojalá tenga una relación de hermanos. Me hubiera gustado conocerlo mejor y pasar tiempo con él.

Chifuyu lo abrazo antes de desapareciera — Te amo, Baji. Siempre te ame y siempre lo haré.

— Ojalá y Ryusei me perdone — Susurro — que ese imbécil te haga feliz, te amo.

Baji le dió un beso en los labios, Chifuyu cerro los ojos y sintió esos labios que tanto extrañaba.

Chifuyu abrió los ojos, sentía húmedo su mejilla, con su mano se tocó su mejilla.

— Creo que lo perdimos por completo — Susurro, miro a su lado. Ryusei dormía plácidamente, le tomo la mano y sonrió levemente.

***

Hola amigos
Hoy les traiga un nuevo capítulo.

¡Cachorros! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora