Takemichi y Chifuyu habían despreciado, los demás estaban preocupados por la desaparición de los chicos. Los más preocupados eran Mikey y Baji ya que era sus parejas, con esto hace que cambie todo, lo que hace es que todos los chicos cambien totalme...
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- Es algo extraño - Kei ladeo la cabeza para ver alguna forma la figura que había hecho Manji, Shino hizo lo mismo.
- No se que es - Shino nego con la cabeza, su hermano era pésimo en artes, así que no quería sentir mal. Pero enserio no sabía dónde había sacado eso, él era increíble en artes, pero su hermano no. Su mamá era increíble dibujando, por lo que pensaba Manji saco a su otro padre, pero bueno eso ya no importa.
- Tenemos reunión en el santuario - Kei sonrió y dejo su cuaderno en la mesa, tenían mucha tarea que hacer y su mamá/tío les iba revisar la tarea.
- Tendrán reunión, ¿eh? - Takemichi salió de la cocina para acercase a los menores, en sus manos tenía una bandeja con unos platos.
- Sí - Manji suspiro y dejo a un lado su figura toda horrible, ya no iba intentar hacer una figura.
- Eso es increíble, no lleguen tarde. Saben que no me gusta que anden ahí afuera - Takemichi le dió un plato a cada uno y vasos de jugo de uva.
- Terminaremos lo más pronto posible - Kei tomo una cuchara - tenemos una tema que hablar y que resolver, además las primeras peleas que tendremos será dentro dos días, tenemos que tener una estrategia.
- No me vengas con "Coraje" - Shino rodó los ojos, Kei se ofendió mucho por eso.
- Ese plan era malísimo - Manji rodó los ojos al recordar un evento tan humillante para ellos.
- Te pareces mucho a Chifuyu - Takemichi río bajito, de verdad que se parecía mucho a su amigo/compañero.
Soltó un suspiro al recordar viejos tiempos, no les había contado mucho de su vida, solo algunas cosas les había dicho, pero eso no importa. La verdad es preferible que el pasado se mantenga atrás.
- Nos iremos - Los tres menores se levantaron, Takemichi sonrió con tristeza, sus niños estaban creciendo.
Estar solo en la casa ya no le gustaba, antes eran los cuatro, hasta Chifuyu, pero este último siempre iba a trabajar, su trabajo lo consumía mucho.
Negó con la cabeza, el restaurante estaba por terminando, lo que le faltaba era ver los arreglos y organizarse bien. Los chicos estaban grandes, ahora ellos sabían lo que hacían, obvio, que uba estar al pendiente de ellos.
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