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Shino se limitaba a ver las peleas, tenía que admitir que tanto sus capitanes y sub capitanes peleaban muy bien, pero su objetivo era el líder de la pandilla contraria, a su lado estaba Melissa con su uniforme de la pandilla, tenía el cabello amarrado y miraba a todos con seriedad.

- ¿Quién diría que la sub comandante de esta pandilla fuera una chica? - Una chica castaña sonreía, era la sub comandante de la otra pandilla.

- Digo lo mismo - Melissa miraba con seriedad a la chica.

- Bien, quiero saber que tan buena eres como sub comandante - La chica sonrió levemente y aventó su gabardina a un lado, solo tenía unas vendas cubriéndole el pecho, al igual que Melissa, pero ella se limito a caminar y ponerse enfrente de la chica. Shino sonrió levemente, se hizo para atrás para dejar que las dos chicas pelearán.

La castaña fue la primera en atacar, dando un patada en el costado de la rubia, pero Melissa la bloqueo rápidamente.

- Uhm, ¿Es todo lo que tienes? - Melissa alzo una ceja, una de las cosas que le había enseñado su padre, era la fuerza, a pesar de que tenía un cuerpo delicada tenía bastante fuerza y eso es gracias a su tío y su papá, conforme entrenaba fue adquirido una fuerza casi de su papá en su adolescencia. Por ahora tenía que entrenar más para llegar a ser más fuerte, ser alfa no significa que tenías fuerza como la mayoría, para eso tenía que entrenar.

La castaña sonrió más, al encontrar una verdadera oponente, Melissa le dió un puñetazo, pero la castaña lo bloqueo con sus brazos formando una "X".

- ¡Ey! - El más alto miro a Shino - Quiero ver tu fuerza, mocoso.

Shino se encogió de hombros y fue contra él, ese día sería una victoria, haría que su pandilla fuera conocida, para así demostrar a su mamá y tío que pueden ser una pandilla muy grande.

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Takemichi miraba a la chica, sinceramente no tenía palabras lo que le había contado, suspiro con cierta tristeza, saber cómo vivía la niña le daba mucha tristeza, de tan solo pensar que sus hijos vivan eso le daba rabia y tristeza.

- Mira - Takemichi llamo la atención de la niña - Está es mi dirección, puedes ir a la casa cuando sea, no se lo des a nadie más - Takemichi le sonrió cálidamente.

- Uhm, gracias - La chica tomo el papelito y leyó la dirección.

- Me tengo que ir, cuídate mucho y come bien. Te ves muy hermosa si tienes un poco mas de carne. No le hagas caso a tu mamá - Takemichi estaba conciente al decirle eso, pero la mamá de la niña era una verdadera perra con la niña.

Se retiró de ahí y fue a su casa, necesitaba pensar en todo esto, pero también tenía que hacer de comer para sus niños, de todas maneras necesitaba pensar en que hacer con ese edificio.

- Lo que uno hace - Murmuró - Mis hijos deben de estar ocupados - miro el cielo, sus hijos eran un verdadera bendición, era su luz en esa oscuridad.

Recordó cuando nacieron, eran tan pequeños y adorables, verlos crecer fue la mejor de su vida, a pesar de tenerlos muy chico. Y tan solo pensar que la desesperación lo hizo desacerse de sus hijos, lo bueno que la amable señora le dió una cachetada para que pensar bien las cosas, fueron muchas cosas en su vida. Y ahora que estaba soltero, sus hijos estaban grandes, podía conocer a un hombre.

- Que difícil es ser madre - Hizo un puchero, no quería hacer nada hoy, pero tenía muchas que hacer y no quería dejarlo para otro día, además sus hijos y sobrino deben de limpiar si habitación.

Caminaba en las largas calles de Tokyo, mirando las tiendas que habían, pero se detuvo al ver un rubio cenizo junto a su lado iba otro rubio más alto que el otro, maldecia por lo bajo al encontrarse los, desde lejos los podía reconocer solo de ver uno de ellos que tenía un tatuaje.

Suspiro y camino, tratando de hacerse el tonto, no porque estén ahí parados viendo algo afuera de la tienda no queda pasar, después de todo no tenía nada que los vincule.

Camino de lo más normal, agradecía mucho que tenía lentes de sol, se acomodo sus cabellos rizados y camino con elegancia, pasao por un lado de ellos.

- Oye - Se tenso por unos segundos pero no dejo de caminar - Mikey, deberías de hablar con Baji.

Suspiro de alivio, escuchar la voz de Draken le había espantado, camino más rápido para no ser atrapado.

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Chifuyu daba vueltas con su silla giratoria, pensado en lo que le había dicho a Baji, ¿Cómo le dirá a su compañero sobre que tenía un esposo? El hijo lo tenía, no iba mentir, en cierta parte le había dicho una mentira y una verdad, pero no lo del esposo, ¿Adónde lo iba sacar? Tendría que decir a Takemichi que finja, aunque sería raro ya que eran omegas y ¿Cómo le iba decir tenía hijos siendo omegas? Tal vez era mejor conseguir un esposo falso.

Le diría una jaqueca de tanto pensar en eso, pero tenía que quitarse de encima Baji, no quería que viera a su hijo y mucho menos este cerca de ellos, pero si Baji se entera que tiene un hijo, tendría que dejar que conviviera con él, después de todo no se lo odia negar a su hijo y mi él.

- Vamos - La chica entro a la oficina del pelo negro - Tenemos un junta, hay llegado otros ejecutivos, la propuesta que habías mandado lo han aceptado y ahora necesitan arreglar algunas cosas sobre el proyecto.

- No quiero ir, son muy aburrídos y solo me lo dejan a mi para ver los errores - Chifuyu se desparramó en su asiento.

- Vamos, si haces esto el jefe le dará un aumento - La chica sonrió.

- ¡El jefe! - sonrió levemente, sabía que su jefe tenía un hijo casi de su edad, ¿Por qué no hacer un trato con el hijo de su jefe?

- Vamos - la chica lo miro confundió al ver tal reacción de su amigo.

Chifuyu tenía en mente el hijo de su jefe, ahora tenía que ir a la junta.

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Hola, perdón por no actualizar, tenía problemas y no tenía mucho tiempo, ojalá y les guste el capítulo.

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