Poblado de Vincci. 60 km al este de Rotza. Castillo Constantine, actualmente bajo ocupación de un ejército privado sin afiliación.
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Fuera de los altos muros (recién reparados) del castillo, un numeroso ejército en armaduras de cota cubierta de mayas heráldicas se hallaba estacionado. Levantaban una bandera en dos colores; verde y azul, y en el centro resaltaba la silueta de una espada larga como el centro del emblema.
No eran parte de las fuerzas ocupantes, ni tampoco estaban asediando el castillo (aún). La puerta principal estaba abierta y los hombres en lo alto de las almenas los miraban desde arriba sin mostrar hostilidad.
Una docena de jinetes liderados por un hombre de tercera edad con un denso bigote negro ingresaron al patio del castillo.
El líder de los jinetes se acercó al hombre que parecía tener la mayor autoridad alrededor.
--Soy el Barón Marson Lieg Viernes, de la noble casa Viernes. El señor de Castillo Olimpia. Exijo una audiencia con vuestro señor, soldado.
El caballero, envuelto en una completa armadura de planchas escuchó al Barón, aunque su rostro no fuera visible debido a su yelmo, asintió respetuosamente sin mucha emoción.
--Sí, señor.
El caballero guió al Barón Marson y a su escolta a través del castillo hasta llegar a la sala del torreón más alto. La pieza tenía paredes de piedra, decoradas con tapices y escudos de armas muy bien conservados.
Un halo de fuego dorado con una forma que recordaba bastante a una figura religiosa, sobre un fondo violeta. Esas eran las decoraciones que estaban comenzando a colocar por todo el castillo, e incluso había visto a unos cuantos caballeros lucir tal heráldica en capas o sobre sus petos.
Al centro de la sala había una mesa alargada con la forma de un triangulo isósceles. Detrás de ella, un hombre alto y fornido con una ordenada y tupida barba rubia ceniza, un rostro anciano con innumerables cicatrices y una ornamentada armadura de placas de un material seguramente superior al acero, se sentaba en una silla de hierro, tan robusta y engalanada que incluso podría parecerse a un trono.
Marson estaba visiblemente disgustado por alguna razón, puede que sea por la pomposidad de este hombre o por el hecho de que él no poseía una coraza ni tan remotamente lujosa como tal.
Su caballero guía primero hizo una respetuosa e idolátrica reverencia antes de presentarlos.
--Mi santo y justo señor. Os presento al Barón Marson Lieg Viernes. El gobernante del Castillo Olimpia y comandante del ejército que lo acompañó afuera. –el caballero se dirigió a Marson con extrema seriedad y entonación— Os presento a lord Deckard Lauss, Archinarrador y señor de Castillo Constantine.
"¿Archinarrador? ¿Parecía más el título de un líder civil al de uno militar, serán acaso alguna milicia? De ser así, poseen un arsenal bastante contundente. Esa heráldica... ¿a qué pertenecerán?"
El Archinarrador Deckard saludó cortésmente a los hombres, invitando al visitante a sentarse con él.
--Gracias, sir Peter. Yo lo recibiré.
Marson se sentó en la punta contraria de la mesa, la afilada, y sus soldados se quedaron parados detrás de él. Indirectamente se sentía en una posición acusada y vulnerable por la simple disposición de su asiento en la mesa.
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Teaching Feeling: Sentimientos Apestosos
FantasyLa enfermedad de la peste negra llevaba bastantes años azotando las tierras de Europa, causando una catastrófica cantidad de muertes debido a su alta taza de mortalidad. Un Doctor de la Peste perteneciente a una orden oscura, toma una llamada de ayu...