3.6K 243 38
                                    

Sabía que cuando la profesora lo llamaba para reunirse después de clase no podría ser nada bueno.

Era un gran alumno, estudiaba para todo, completaba las tareas y así tenía la nota más alta del curso... Entonces, ¿cuál era el problema ahora?

Entró a la clase, la profesora estaba sentada en su escritorio, interesada en los papeles frente a ella y moviendo su mano con gracia sobre ellos, corrigiendo de a poco.

Lisandro se acercó, apareciendo frente a ella. La mayor le sonrió, levantando la vista de sus papeles.

—Gracias por venir. —Dijo, juntando todo y dejándolo a un lado. —Agarrá una silla y sentaté por favor.

El teñido hizo como le dijeron, todavía no hablando ni una palabra. Estaba acostumbrado a dejar a otros hablar primero. Movió una silla y se sentó, dejando su pesada mochila al lado de esta. Su pierna temblaba, pero no no era notable.

—Bueno, como debes saber, estoy encantada por tus notas y tu buena asistencia en clase. —Explicó, juntando sus manos y mostrando una gran sonrisa.

Lisandro sintió como sus mejillas ardían de vergüenza, no estaba acostumbrado a recibir esa clase de halagos, ni siquiera de su familia. Se esforzaba mucho, pero no recibía creditos. 

—Gracias. —Habló suavemente, recorriendo su pelo con su mano nerviosamente. Entonces, ¿cuál era el problema? ¿era solo eso?

—Y por que sos un gran alumno, me gustaría proponerte algo.

El de ojos mieles asintió, aún no entendía a qué se refería. Si era tan bueno, ¿quizás podría progresar un curso? ¿eso era siquiera posible? No, no podía ser, todavía tenía dos años para graduarse y quería completarlos todos, sin saltearse nada.

Así de responsable era, aunque todavía no tenía idea a que se iba a dedicar en el futuro.

Ya sabía que era muy inteligente y sus profesores lo amaban y apreciaba por eso, a veces, se encontraba estudiando temas de cursos mayores, solo por "diversión" o aburrimiento.

¿Quién hace eso? Lisandro Martinez.

—Tengo un alumno... —Empezó, su voz llena de irritación. —Y la verdad es que es muy flojo en todas las materias.

Ya entendía de dónde venía el tema, y no estaba del todo conforme con la idea de su profesora. Se movió en su silla incómodamente. 

—Me preguntaba si podrías darle un par de tutorías... Para ver si mejora en sus clases. Me gustaría que se graduará este año.

¿Qué? El último comentario hizo que sus ojos se abran en impresión.

¿La profesora quería que sea el tutor de un chico, que era... no uno, si no dos años mayor que él? No podía encontrar alguna forma de que esa información sea coherente en su cerebro, ¿por qué la profesora no buscaba a alguien del curso de aquel chico?.

Ya de por sí le costaba relacionarse con gente de su propio curso, y ella quería que sea el tutor de alguien mayor? Iba a parecer un nene comparado con uno de último año.

Abrió la boca para negar y agradecer por la idea, pero la insistente voz de la profesora le cortó el hilo de lo que pensaba decir.

—Obviamente serias pagado por ello, y si el chico mejora en sus clases, entonces podría considerar aumentar la paga. —Ella parecía casi desesperada por encontrar a alguien que asistiera al chico.

Lisandro lo consideró, relamiendo su labio inferior. Necesitaba el dinero, sus padres apenas se ocupaban de él. Por mucho que se esforzacé en impresionarlos, nunca lo lograba. 

Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora