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Lo miraba de costado. Viendo cada pequeña reacción que tenía en todo su alrededor. 

No sabía... Como sentirse al respecto. Se estaba arrepintiendo y al mismo tiempo, sentía que había hecho lo correcto.

Una sonrisa apareció en la cara del contrario, quién se giró para observarlo. El morocho solo pudo devolver el gesto, escuchando esas palabras una vez más.

—¿Me das un abrazo? —preguntó, abriendo los brazos en forma de que se acerqué y él los acepto, acercándose para devolver el gesto.

Salvo que esta vez, fue Lisandro quién lo abrazó a él, porque Cristian solo podía pensar en hacerse más chiquito en el lugar, partiéndose en pedazos por todo lo malo que había hecho.

Se había traicionado a si mismo y de alguna forma, eso arreglaría las cosas.

Por lo menos por ahora. 

≫⌔⌔⌔≪

El 13 de Julio de un 2014, en Argentina, los nervios se encontraban muy vivos en todas las casas.

Era una final del mundial, después de 24 años. La gente estaba deseando ganar.

Todos sus amigos esta vez sí se habían juntado en casa del morocho. Habían hecho su cábala, asegurándose de que está vez funcionará correctamente, necesitaban que la suerte estuviera de su lado.

En el día más importante.

También habían echado de la casa a los padres del mayor. Que seguían en la casa hasta cuando los invitados llegaron... necesitaban que se vayan. 

La ansiedad se sentía en el aire y se podía ver en las caras de todos.

Un miedo tremendo entró a la piel del cordobés cuando vió que Argentina salió a jugar la final con la camiseta de visitante. Los tres mayores se miraron entre sí, agarrándose la cara con preocupación.

—La puta. —Habló y se levantó del sillón, dirigiéndose hacía la cocina para ir a preparar el agua y el mate.

Lisandro miró confundido, pero persiguió a su pareja a la habitación para ayudarlo con el resto de las cosas. Entró de a poco, viendo al morocho al lado de la pava mientras preparaba el agua.

—¿Qué pasó? —preguntó, acercándose a él.

—Nada nada... tema del partido. —Explicó, asomándose desde la puerta mientras escuchaba que en el televisor sonaba el himno nacional.

Los otros cuatro estaban todos parados y con una mano en el corazón, se pusieron a recitar el himno. Cristian se giró, enfocándose en su tarea de terminar el mate.

—Salen con la camiseta de visitante. —Fue lo único que dijo, cosa que Lisandro le miró con confusión.

Obviamente no entendía, era prácticamente nuevo en el fútbol y Cristian no le había dicho que se ponga a ver los partidos de los 90', así que estaba confundido sobre lo que esa camiseta causaba.

—En la final del 90, salimos con la segunda camiseta y la perdimos.

—No estabas ni vivo. —Dijo, con algo de humor. 

Estaba pensando cualquier cosa, una camiseta no les haría volver a perder. El tema sería que tan bien los dos equipos jugaban. Los alemanes venían de un tremendo partido, así que iban a venir con confianza. 

—No importa, sigue siendo mufa. —Apuntó el mayor, rodando los ojos.

—Bueno, entonces habrá que ser positivo. Buenas vibras. —El teñido se acercó a él, esquivándolo y agarrándo la pava que ya estaba caliente. Transeferió el agua al termo con cuidado de no manchar.

Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora