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Sí, puede que eso de ignorar a Lisandro por toda la semana no haya sido la mejor idea que eligió.

No solo sentía que había bajado dos escalones, sino que también sabía que en el examen a mitad de semana le había ido bien, para el culo.

La profesora había devuelto la nota de la prueba el martes, y Cristian se sorprendió cuando vio que la nota era un 7 raspando el 8. Aprobado, y bien hecho.

Hasta recibió una sonrisa de la profesora cuando dejó la prueba en su banco, algo orgullosa... quizás.

Celebró el haber pasado la prueba...pero todavía le quedaba lo más difícil, pasar el examen de unidad.

Resulta, que en ese no le fue tan bien.

Probablemente tenía que ver con que su cabeza estaba ahogada en pensamientos relacionados con su tutor. Hasta meditó enviarle la prueba para que se sintiera feliz por el mayor, pero cambió la opinión rápidamente.

Yo no necesito ayuda. Se repitió a sí mismo.

Para ser sinceros... en totalidad, si la necesitaba.

Era viernes, y la profesora se había puesto a repartir todos los exámenes mientras la clase estudiaba el tema del día correspondiente. Un tema el cúal Cristian comprendía más que trigonometría.

Vanesa se acercó a su banco y al de Enzo. Dejando ambos exámenes en la mesa, su cara estaba sería y sin expresión de lo que podía estar pensando.

Cristian agarró el papel algo desesperado, quería saber si lo había hecho bien. Sin embargo, se llevó una gran decepción de sí mismo cuando leyó que su nota había sido un 4,50 de 10.

Se pasó las manos por la cara. Al final, entendía perfectamente porque necesitaba a Lisandro para que lo ayude. Sin él, su mente era un desastre.

El día previo había estudiado en su casa todo lo posible, pero se encontró a sí mismo confundiéndose con cosas que su tutor le habría explicado sin problemas. Pero, Cristian había prometido no hablarle.

Ahora, se sentía un boludo... Odiaba depender de alguien. Odiaba que ese alguien fuera igual que un libro cerrado. Odiaba que ese alguien lo hubiera ignorado toda la semana.

Le estaba afectando su ego, como todo aquello que lo afectaba viniendo de Lisandro.

Había deseado y esperado algún mensaje del menor, arrepentido de lo que había dicho, y que demostraría que de verdad podía confiar en Cristian. Pero claro, nunca llegó. Ambos eran muy tercos para tomar responsabilidad.

Giró su cabeza hacía Enzo. Se sintió menos estúpido cuando vió que su compañero se sacó un 6,50. De todas formas, esa nota era aprobada, mientras que la de él, no.

—La puta madre, ahora toca recuperatorio. —Se dijo a sí mismo. ¿Como si no podía con la prueba, iba a pasar un recuperatorio? Más, sin que alguien le ayude a estudiar.

Enzo suspiró al lado suyo, palmeando su hombro. —Yo tampoco estoy feliz con lo mío, para ser sincero.

Cristian arrugó la nariz, mirándolo incrédulo. —Lo tuyo está aprobado, ya me gustaría a mí sacarme esa nota.

La profesora fue la siguiente en hablar, dando las noticias.

—Todos aquellos que hayan desaprobado. —Llevó su mirada sobre todo el aula, fijándose en Cristian por más tiempo. —Tendrán el recuperatorio el Martes que viene... Ahora se pueden retirar.

Y así, todos empezaron a guardar sus cosas, listos para por fin salir del colegio y entrar en el fin de semana.

Cristian tomó su mochila y se la cargó sobre su hombro. Sin intercambiar ninguna palabra más con Enzo. Solo quería irse y dejar de pensar en aquello, la nota era muy frustrante.

Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora