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Cristian llegó a la escuela con cara de culo, y con Enzo al lado suyo, por supuesto.

El día anterior le había contado a su amigo cómo había ido la tutoría con Lisandro, y el menor admitió que quizás Cristian había sido forro con su tutor. Esto desencadenó en una mínima discusión, con su amigo diciendo que podría intentar ser más amable con el chico.

-Cuti, no seas forro. Dejá de ignorarme. -Le pidió Enzo, persiguiendolo.

-Dejaté de joder. -Dijo haciendo un gesto exagerado con la mano. -No te hubiera contado nada, para que estés del lado de aquel teñido. Ni lo conoces, y yo soy tu amigo.

Enzo rodó los ojos, todavía no entendía porqué estaba tan en contra del otro chico. Lisandro solo había hecho lo que su maestra le había pedido, y no había ningún problema con eso.

¿Quizás era algo personal? Pero no tenía sentido, apenas se conocían entre sí.

-No lo quemes, pobre pibe. -Dijo Enzo, caminando más rápido, mientras Cristian aumentaba la velocidad de sus pasos para perderlo. -¿Qué te hizo?

Cristian estalló. -Me trata por pelotudo. Hacé esto, hacé lo otro. Parece mi viejo, un hincha pelotas.

No se dió cuenta del tono alto que había utilizado para hablar, la gente se dió la vuelta para verlo.

Enzo lo paró en medio del pasillo, agarrando su brazo con fuerza y obligándolo a quedarse quieto. Cristian lo miró con confusión, su cara arrugandose cuando el morocho se le acercó al oído.

-¿Es ese el pibe? -Apuntó disimuladamente a un chico de baja estatura y con el flequillo teñido a rubio.

Lisandro estaba con una sonrisa forzada frente a un chico que era dos centímetros más bajo que él y con pelo castaño, este hablaba animadamente. Parecía algo hiperactivo.

¿Este pibe tiene amigos? Se preguntó Cristian, no creía que fuera posible.

Ya se pasaba de cruel.

-Qué pesadilla debe ser ser amigo de ese pibe. -murmuró bajo, aun así sin dejar de mirarlo.

Enzo a su lado estaba con los ojos achinados, con una perfecta sonrisa mientras observaba al chico al lado de Lisandro.

-Anda a hablarle. -Habló bajo, para que solo se escuche entre ellos dos.

-¿Eh? -Cristian miró sobre su hombro confundido a su amigo, que seguía observando la situación de los dos menores.

-Vamos. -Dijo, agarrando al moreno del brazo y llevándolo hacía donde estaba su tutor y el otro chico del que no tenía idea.

A Enzo le había picado una araña radioactiva, porque si no, no entendía nada. De repente, parecía estar cargado de energía.

Se paró enfrente de los dos, cosa que hizo que ambos giraran la cabeza para verlos. El más chico de altura observó a Enzo, sin parpadear y su boca algo abierta, mientras que el contrario le regalaba una amable sonrisa.

Lisandro rápidamente observó el piso cuando sintió la mirada de Cristian sobre él, estaba algo avergonzado y no quería cruzar ninguna palabra. Pensaba que ya no tenía que lidiar con él, pero la corriente lo seguía trayendo a su orilla.

Mejor dicho, Enzo lo había traído de vuelta.

-Hola.

-Hola, soy Julián. -Dijo el castaño, su cabeza algo inclinada hacía arriba para hacer contacto con el mayor. -¿Vos sos?

-Enzo, amigo de Cristian. -Se presentó, mostrando su mano.

Julián miró desde la mano a sus ojos, su cara algo petrificada y sorprendida. Pero luego se acercó para darle la suya.

Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora