2.1K 232 133
                                    

Odiaba la biblioteca.

Era el típico lugar donde la gente inteligente se juntaba para estudiar o para charlar en el club de libros.

Él no quería estudiar, mucho menos agarrar un libro.

Tenía mejores cosas para hacer antes que esto. Pero ya sabía las consecuencias, y aunque odiaba la escuela, si quería graduarse con Enzo.

El lugar estaba prácticamente vació, con pocas personas en su vista periférica. Quizás este tutor se había olvidado y no vendría. Sería lo mejor para todos, la verdad.

El silencio lo volvía loco, necesitaba a alguien haciendo el más mínimo ruido. Por más que sea el golpeteo de un lápiz, o dedos tocando el teclado de una computadora, lo necesitaba.

Esto ya era irritante.

Observó la biblioteca con los ojos achicados, como si estuviera concentrándose para fijar su vista en su tutor. De todas formas, no sabía cómo era o se vestía, así que su esfuerzo era inutil.

Un cartel serviría, pero dudaba que eso fuera posible, además de que sería humillante. Un escalofrío pasó por su cuerpo con ese pensamiento, una mueca presente en su cara.

Bueno, el tutor no parecía haberse presentado. Cristian decidió dar media vuelta, salir de la biblioteca y a otra cosa mariposa.

Salvó que antes de caminar por las puertas de salida sintió un toquecito en su hombro. Se extraño, giró sobre su eje, fijando sus ojos oscuros en el chico bajo frente a él.

¿Y este enano de primero? Pensó, arrugando su nariz.

—Hola. —Dijo, cargaba con una mochila en la espalda y una computadora en su mano.

Te la van a robar. Pensó Cristian, no debería andar enseñando la computadora por todos lados.

Además de bajito, el chico tenía gran porción de su pelo teñido y los ojos marrones que con la luz parecían mieles. Se veía algo nervioso, sus dedos golpeaban la tapa de su computadora.

—¿Qué querés? —Dijo Cristian con cara de pocos amigos, levantando una ceja.

—¿Sos alumno de la profesora? —Preguntó inocentemente.

—¿Cuál de todas?

—Vanesa.

La cara de Cristian no parecía entender la situación, de todas formas le respondió. —Sí.

—¿Sos vos el chico que ella quiere que le de clases?

¿Eh?

¿Este enano le iba a dar clases? Si adivinaba, apenas iba a primero, mientras que él estaba por graduarse. 

¿Cómo puede ser que un nene así sea su tutor?

—Perdón... ¿qué?

—La profesora quiere que le dé clases a un chico... ¿Sos vos? —Repitió, su voz parecía algo temblorosa.

Le podría decir que se equivocó de persona, y mandarlo a la mierda. Salir de ahí, y avisarle a su profesora que no iba a ser tutorado por un chico que parecía de doce años. 

Pero algo en cómo los ojos mieles del contrario brillaban llamó la atención de Cristian, se vió tentado.

—¿Cuántos años tenes?

—16. —Respondió el rubio inmediatamente, sus labios presionados juntos en una línea.

Bueno, prácticamente se llevaban dos años. Pero no cambiaba el hecho de que estaba estudiando con alguien que no tenía idea de los temas presentados en un curso mayor.

Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora