Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)

１２

Cristian: boludo que mierda hiciste con esos brownies. estoy hecho mierda

Lisandro: Boludo vos, yo estoy joya.

Cristian: VOS HICISTE TODO QUE TE HACES

Lisandro: VOS TENÍAS LA CAJAAA

Cristian: bUE callate.
Cristian: encima ahora tengo la prueba y estoy mal

Lisandro: serán los mates

Cristian: claro, porque vos hiciste los brownies y estas perfecto, yo hice los mates y estoy para el orto

Lisandro: Será la combinación que te mató.

Cristian: haceme sentirme mejor ;)

Lisandro: :D

Cristian: te veo después totu, tengo el recuperatorio.

Lisandro: Paraaa que es totuu?

Cristian: el apodo

Lisandro: Pero a qué te referís?
Lisandro: ya fue.
Lisandro: Suerte :)

≫⌔⌔⌔≪

La profesora lo había citado al día siguiente.

No tenía idea que pasaba... pero Lisandro no podía cuestionar, solo había dicho que estaría presente.

Entro al aula con familiaridad, no había nadie ahí. Tal y como la primera vez que había entrado, aquel día que se enteró que enseñaría a Cristian.

Toco la puerta, llamando la atención de la profesora. Levantó la vista de su celular y asintió con la cabeza, apuntando a la silla frente a ella y permitiéndole entrar.

Lo hizo seguidamente, sin hablar. Se sorprendió cuando notó que ella tenía una sonrisa radiante, casi agradecida. Espero a que el silencio se rompiera, no era bueno hablando y cuando eran mayores, le generaba algo de respeto.

—La verdad, Lisandro estás haciendo un trabajo muy bueno. Tanto como en el aula como con Cristian. —Empezó, palmeando sus manos en un aplauso. El chico sintió como se sonrojaba, le daba mucha vergüenza esta clase de cosas, no le gustaba cuando alguien lo notaba, prefería pasar desapercibido. —Ayer él tuvo el recuperatorio, me encantó saber que cuando lo corregí se llevó un 9,50.

Lisandro sintió como su boca se abría en algo como una sorpresa. Sí, habían estado estudiando un largo rato el lunes, pero no pensaba que todo esto sería tanto. Se esperaba un 8, como muchísimo.

Tampoco era que no tenía fe, pero vió dudas en la cara de Cristian el día anterior.

—Estoy muy agradecida. —Repitió. —Tenés una buena experiencia para ser profesor, definitivamente tenés más paciencia que yo. ¿Cómo lo haces?

Ya sabes, lo típico y... un poco de lengua. Se limitó con sonreír y encogerse de hombros, haciéndose el tonto.

La profesora se levantó, caminando hacía su placard y sacando su billetera de allí. Estaba cerrado hasta con cerrojo, cosa que le pareció muy inusual al menor, pero supuso que era para que no le robaran.

Tenía sentido, los alumnos hoy en día son capaces de cualquier cosa y ella parecía desconfiar de todos. Un poco de paranoia, seguro era eso.

—¿Cuánto querés? —preguntó, buscando un papel y un lápiz, como si estuviera por anotar todo lo que le debía.