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≫⌔⌔⌔≪

Lisandro no sabía que había hecho para que Cristian lo estuviera tratando de esta manera. 

No era como que él podría quejarse, porque el hecho de que esté más cariñoso que de costumbre le gustaba y era algo que disfrutaba. Todas las cosas que habían hecho en los últimos días le encantaba.

De un día a otro, Cristian había dejado de ser cariñoso para volverse acaparador y llevarlo a todos lados, apenas se separaban hasta para ir al baño, después, pasaban la mayor parte del tiempo juntos.

Al teñido no le molestaba, pero el único momento en el que se veía capaz de estar lejos de él era en la escuela... y ahí tampoco era del todo cierto, porque lo acompañaba para entrar al aula y cuando salía, estaba ahí esperando.

Se sentía algo como... querido y halagado. 

También tenía un sentimiento de que las cosas estaban raras e inusuales.

Cristian hasta lo había masturbado... por dios. 

Eso pasó el lunes, el morocho había tenido una prueba de mitad de año o algo así, y dijo que gracias a todos los estudios creía que le había ido muy bien.

Llegaron a la casa, y dicho chico no había pensado dos veces en estampar a su pareja contra la pared y besarlo con fuerza, casi como si estuviera demandando algo.

Después, de un momento a otro Cristian estaba metiendo una mano entre sus cuerpos y lo había tomado sin ninguna queja, con el teñido dejándose. 

No podía decir que no lo disfrutó, porque si ya de por si se sentía ilusionado con aquellas manos, cuando la sintió en volverse contra él, enloqueció. Se sentía rendido, con la boca abierta y los ojos rodando detrás de su cabeza, su cuerpo sintiendo y amando cada leve tacto que daba contra él.

Terminó durmiendo temprano aquel día, sin mucho más con lo que pensar y con su mente destrozada. Previamente había hecho pajas y recibido también, pero esa vez... fue una locura y lo había disfrutado como si fuera la primera vez que lo habían tocado.

Mientras el momento pasaba, solo podía esperar y sentir que Cristian quería hacerlo suyo. 

Suyo, suyo, suyo.

El martes, se despertó con el mayor de ellos besándolo apasionadamente una vez más. No entendía que podría haber pasado para que Cristian sintiera tanta energía y estuviera tan decidido cada vez que lo veía, queriendo comerle la boca.

Después de varios minutos siguiendo esa rutina, se le dió por al fin despertarse para ir a la escuela.

Ese día tenía algunos exámenes por tomar, así que se tuvo que despedir temprano de él y sus amigos; a pesar de que Cristian prácticamente no lo dejaba escapar de sus brazos y le pedía que se quedara un rato más.

Él no había sido una persona que demuestre afecto en público, pero al parecer, en esos momentos lo era. 

No dudo en agarrar los lados de su cuello y clavarle un beso en los labios. Con Enzo, Julián y otros alumnos pasando por los pasillos que tuvieron que pararse para mirar por curiosidad.

Lisandro había quedado todo rojo y con la vista gacha, se dirigió a la clase con mucha vergüenza.

El mayor no le había preguntado si quería ser tan demostrativo frente a las personas, y eso puede que lo haya molestado un poco. 

Fue en ese momento, que después de dos días, se dió cuenta que algo mal pasaba con Cristian.

Cuando volvieron a casa, con un Lisandro algo serio, se pusieron a ver los partidos del mundial por la televisión. 

Tutor {1} ~ (Cuti x Licha)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora