Capítulo 8: Sagrada es la verdadera amistad

178 69 141
                                    

A la mañana siguiente Annie se despierta bajo el sonido de la molesta alarma, termina por lanzarle la almohada y el despertador cae al suelo junto con esta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

A la mañana siguiente Annie se despierta bajo el sonido de la molesta alarma, termina por lanzarle la almohada y el despertador cae al suelo junto con esta. Parece un ritual matutino.

—¡Quiero dormir! —Deja escapar mientras da vueltas en la cama siendo invadida por su gato que se trepa y le lame la mano—. Ya, ya voy.

Toma su teléfono a ciegas para revisar el mensaje que le había dejado Danna, pero a este ya le habían dado al botón de escuchar, cosa que le resulta bastante extraña.

—¿Habrá sido Dévora? —dice reincorporándose para escuchar el audio de su amiga:

"Annie, no fue Vane, ella se disculpó y me comentó que luego de investigar bien...el culpable fue Antonio, el de la fiesta, el vídeo salió de su teléfono".

La chica permite que escape un suspiro y se deja caer en la cama de nuevo con cierto enojo, pero también alivio de saber quién es el causante de todo aquello, solo queda hacer efectivo su castigo.

—Otro día más... —Se lleva los dedos a los labios recordando ese pedazo de la noche de Dévora con Susana. Sacude la cabeza para borrar el momento y se levanta de la cama para alistarse e ir a la escuela, por fin es viernes.

Al salir a la acostumbrada pequeña y regada sala, ya no está llena de botellas por el suelo, sino organizada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al salir a la acostumbrada pequeña y regada sala, ya no está llena de botellas por el suelo, sino organizada. Se encuentra con una mujer de cabello negro a la altura de los hombros y con un vestido rojo que apenas cubre sus muslos. Está en la cocina preparando el desayuno, llenando la habitación de un agradable aroma a huevos fritos.

—¿Y tú quién eres? —pregunta Annie frunciendo una ceja.

—¿Eres algo de Pablo? Nunca me habló de ti —le contesta la mujer sin tener idea de quién es esa adolescente.

Annie se impacienta y repite la pregunta. Pablo es el padre biológico de la joven, con énfasis en "biológico" porque jamás ha cumplido las funciones que requiere el título de padre.

—No me has respondido ¿Quién eres?

En eso su padre sale del baño, pero no está borracho esta vez, solo desaliñado. Parece una persona completamente cuerda y libre de alcohol en sangre.

Reflejo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora