No sé qué pasó, lo último que recuerdo es estar en el bosque con Nathaniel y ahora en esta silla amarrada en medio de un salón gris sin más muebles, además de una mesa metálica. El lugar es pequeño, pero bastante pulcro, varios nailon cubren las paredes. En la superficie de metal hay instrumentos extraños, no logro identificarlos bien por mi posición y aún estoy algo aturdida.
—¿Hay alguien ahí? —Pregunto.
Trato de mover mis manos detrás para zafarme sin ningún resultado positivo. Aun así, mis palabras son ahogadas por la música clásica de fondo, parece ser el sonido de un piano, pero posiblemente sea grabado.
—Ya despertaste. —Sale Daniel desde una de las tres puertas de la habitación, detrás de él se ve la cocina—. Dormiste bastante, pensé que morirías antes por la fiebre y eso lo haría menos divertido.
—¿Daniel? Suéltame, esto no me gusta. —Hago presión en mis manos, pero solo logro lastimarme, al igual que mis piernas, que están también atadas con los cierres de plástico.
—Es inútil que lo intentes, solo te harás daño. —Saca una silla y la pone delante de mí.
—¿Por qué haces esto? ¿Qué te hice? —Mi voz aún suena cansada y agotada, puedo asegurar que mis ojos se deben encontrar medio cerrados o al menos poco activos.
—Engañarme, mentirme y llevarme a este punto. —Se sienta con las piernas abiertas y se inclina hacia delante—. ¿No te parece suficiente, Celina?
—¿Celina? —Empecé a reír—. Genial, tantas personas dentro para meterme en esto y lo hace una que ni conozco.
Siento que su mano me toma por las mejillas con fuerza.
—Abre los ojos. —Levanta mi rostro y me obliga a mirarle, realmente no tengo mucho ánimo—. Mírame —hago lo que pide.
¿Qué más da si me mata? Ah, Héctor. Creo que si muero aquí, sería un duro golpe para él.
—¿Así está bien? —Le acuso con los ojos sin vida que me caracterizan—. Sácalos si lo deseas, pero debo volver con vida para alguien.
La mano me suelta con brusquedad como si eso le hubiese decepcionado.
—¿Todavía lo prefieres a él? —Regresa a su posición.
—Tal vez pueda decirte si me dices quién es él —digo y dejo caer mi cabeza.
¿Es Daniel? ¿En serio? No puede ser, esto debe estar mal, él no ha hecho nada malo nunca. Esto será un duro golpe para Danna.
"Tú tampoco lo aparentas", siento la voz de Zack.
—No quiero escucharte ahora, Zack, por culpa tuya estoy en esto. —Muerdo mi labio.
—¿Con quién estás hablando? —Se levanta y va a la mesa de metal de la habitación—. Me molesta que pienses en otros cuando estás conmigo. ¿Aparte de tu esposo también hay más?
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Reflejo Rojo
Mystery / ThrillerBienvenido al mundo de Annie, donde la locura y magia están separados por una línea muy delgada. ¿Será la realidad lo que le aterra o todo está en su cabeza? Una chica de 17 años comienza a experimentar una serie de hechos que bien podrían ser de u...