Capítulo 5: La lluvia puede llevarse todo

269 100 140
                                    

Respira de forma agitada, los nervios le ganan y no es para menos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Respira de forma agitada, los nervios le ganan y no es para menos. En qué clase de cosas pensaba quien había hecho de esa imagen grotesca su fondo de pantalla. Si sumamos que se tomó el tiempo de hacerlo a modo de juego. Cada vez le preocupa más quién podría ser este acosador; se podía notar claramente que no está bien de la cabeza. Aprovecha que su amiga sigue al teléfono y registra su propia mochila en busca de un frasco amarillo rodeado de las letras "Amitriptilina". Toma de forma temblorosa una de estas pastillas, las cuales pasa trabajo para bajar por la sequedad de su boca en esta situación. Danna se voltea hacia ella terminando la llamada, por lo que trata de actuar con la mayor naturalidad del mundo en respuesta.

—Annie, Annie, era Vane, llamó para preguntar cómo estaba, se enteró de lo del vídeo.

No puede centrarse, a pesar de verla hablar, a pesar de saber que es un tema importante, no le dejan escuchar los latidos de su propio corazón por encima de las palabras. Calma su respiración para no dar muestras de lo consternada que está, pero su pulso es un dilema, está asustada, se hace vigilada.

—Qué bueno Danna... —detiene su hablar un segundo hasta que continúa—: ¿Cómo se escuchaba ella?

—Molesta, mucho, por lo menos así sonaba, no es para menos...Creo, también es una víctima ¿No? ¿Sabes? Cuando atrape al culpable de esto le voy a dar una paliza. —Aprieta fuerte el teléfono en sus manos y se sienta a la mesa para tomar la mano de su amiga—. ¿Ann? ¿Estás bien? Te noto algo...distraída...

Annie se apresura a negar con la cabeza y le sonríe suavemente.

—Estoy bien, solo es un poco de dolor de cabeza, ayer también bebí un poco —responde con mentiras o verdades; en la fiesta no bebió, pero en su casa no pudo evitarlo a pesar de que no era algo que tuviese permitido hacer.

—Eso me recuerda ¿Dónde fuiste la noche anterior? Dejé de verte en plena fiesta, luego del balcón.

Una alarma se desata en su cabeza ante esa pregunta ¿Podría decir la verdad? ¿Qué debía hacer? Darle la información a alguien más de alguna forma es hacer más real esa noche, es darle más fuerza a los recuerdos en su vida. Al final si no lo habla podría quedar como un simple sueño o pesadilla en el futuro, así piensa Annie.

"¿Realmente deseas eso?", se pregunta a sí misma.

—Me fui temprano porque me empecé a sentir mal. Los chicos me encerraron en el balcón, así que terminé bajando por ahí, perdón por dejarte sola ¿Sí? —Levanta la vista con culpa porque en el fondo piensa que si ella no hubiera ido a ayudar a la mujer que le abandonó a su suerte ante un violador, quizás hubiese podido evitar la situación de Danna.

—No te disculpes, si te sentías mal está bien, yo te obligué prácticamente a ir.

Hay algo que ama de su amiga y es justamente su comprensión, pero no quiere tirar tan fuerte de ella. El miedo a que algún día la soga se rompa es enorme, porque no la condena solo a perderla, la condena a la soledad.

Reflejo RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora