La chica siente ese beso como si fuese lo más preciado de su vida, como si estos años de tanto esfuerzo y celos empezarán a dar, de a poco, sus frutos. Los labios de ambos comenzaron una suave danza, la cual va tomando intensidad incorporando sus lenguas al juego. Las manos de Héctor rodean la cintura de ella, acercándola más. Sin embargo, se separan un segundo mientras se quedan observando en silencio, con sus rostros cerca.
Annie se sienta y reincorpora al lado de él apoyando la cabeza en su hombro—. Ya no puedes mentirte más.
Héctor lleva la mano hacia la cabeza de ella y la acaricia como si fuese un gato—. Es culpa mía.
—Tienes razón, lo es —dice la chica con toda seguridad—. Eres mi hogar Héctor y no voy a dejarte ir. No sé por qué tengo tanta fuerza ahora para decírtelo. —Se lleva los dedos a los labios para recordar el beso—. Pero eres importante para mí, quería que lo supieras, aunque estoy segura de que lo sabes.
El hombre tiene montón de cosas que le comen la cabeza y solo estando allí dentro uno podría saber qué tanto le podría estar atormentando. Cierra los ojos y suspira vaciando todo lo que llena su mente como si fuese el aire.
—No te puedo soltar, es cierto que eres importante para mí y capaz de quitarme todo, pero esto no puede ser.
—¿Por qué? Si te preocupa algo sobre mi edad hoy cumplo dieciocho, no es ya un problema y me graduó en un mes. —Sonríe con una hermosa inocencia y esperanza, por una vez.
Héctor gira la cabeza para verla y no se le nota tan alegre como Annie esperaba, sus palabras son más dolorosas que la propia muerte—. Violeta está embarazada.
El corazón de Annie es roto en mil pedazos, todas esas ilusiones que se habían creado son hechas añicos en un solo segundos, con unas simples palabras.
La chica se levanta de la cama apartándose de golpe.
—¿Qué? ¿Es una broma? —La voz le tiembla.
—No...no lo es, debo cuidar ese niño —dice Héctor observando con preocupación a la chica—. Tiene tres meses de embarazo.
—¿Por qué...? ¿Por qué discutían? ¡Si les esperaba una noticia tan feliz! —Sus ojos se empiezan a llenar de lágrimas.
Héctor hace silencio ante sus palabras antes de tomar el valor de responderle.
—No te puedo contar eso, Annie, si quiero darle un hogar a este niño, no puedo hacerlo.
"En todo caso, no es seguro que sea o no...", piensa el hombre, sin embargo, no lo dice, no se daría el lujo de crear esperanzas en la joven, no se siente con el derecho.
—Yo...yo...necesito pensar esto... —Se apresura a la puerta y se marcha de la habitación sin detenerse, quiere huir de ahí.
Héctor sale hacia la entrada y la observa irse sin atreverse a ir detrás de Annie hasta que había desaparecido de su rango de visión, justo por eso no logra alcanzarla.
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Reflejo Rojo
Mystery / ThrillerBienvenido al mundo de Annie, donde la locura y magia están separados por una línea muy delgada. ¿Será la realidad lo que le aterra o todo está en su cabeza? Una chica de 17 años comienza a experimentar una serie de hechos que bien podrían ser de u...