Annie logra calmarse de a poco con la presencia de Dévora, aunque sigue conmocionada por todo lo que ha pasado. Está unos diez minutos abrazando sus piernas pensando hasta que se rinde y acuesta en la cama tratando de conciliar un poco el sueño y descansar. No logra dormir y, cuando está cerca de conseguirlo, las pesadillas no le dejan mantenerlo mucho tiempo. Solo se rinde cuando llegan Danna y Vanessa al cuarto alrededor de las seis de la tarde.
—¡Annie! —Danna entra con un pastel de cumpleaños que tiene una vela dorada encendida—. ¡Feliz cumpleaños! Logré que me trajeran tu pastel —dice con una sonrisa.
—No tengo mucha hambre. —Se encuentra cubierta por las sábanas hasta el cuello.
—¿Estás bien? Ven, vamos a soplar las velas. —Deja el pastel en la mesita de noche y lleva la mano hacia la frente de ella—. ¡Ann, tienes fiebre! —comprueba su propia temperatura para asegurarse.
—¿Sí?, no me había percatado. —dice con la voz apagada.
—Será mejor que vayas a enfermería o tomes algo para la fiebre.
—Iré a ver a Cristian, él suele tener más pastillas que una anciana, a lo mejor lleva algo para esto —comenta Vanessa y se dispone a salir de la habitación.
—Ann, buscaré agua fría en toallas, pero no te tapes tanto, es malo que calientes más tu cuerpo —agrega antes de levantarse de la cama a buscar las cosas, aunque regresa un segundo a apagar la vela.
Annie solo cierra los ojos huyendo de lo que escucha, lo que había sucedido recién fue una carga mental enorme para ella, al punto de afectar negativamente su cuerpo.
Abre los labios como balbuceando algo—. Debo hablar con Carlota.
Danna regresa rápidamente con la toalla donde ella y un recipiente con agua del grifo, fría—. ¿Decías algo, Ann? —Exprime el pañuelo y lo coloca luego en la frente de su amiga.
—Debo hablar con Carlota, estuvo aquí. Quiere decir lo de Héctor.
Danna no sabe mucho y no había podido intercambiar sobre el tema, pero aún así capta a lo que se refiere su amiga.
—¿Quieres que hable yo con ella? —Apunta en un tono suave.
—¡No! —Aguanta el brazo de Danna con la fuerza que podía—. Tú no, Dann, no vayas, ya luego hablaré yo.
—¿Tanto te importa eso? ¿Qué te puso así? Debes reposar por ahora hasta que te cures, no hagas esfuerzo, ¿vale?, estaré aquí. —Toma la mano de Annie y besa el dorso de esta mientras siente que la cuida—. Así que tranquila.
—Gracias, Dann. —Abre los ojos para verla y se nota cómo estos están rojos de haber llorado.
—Annie, sea lo que sea que te preocupe...cuenta conmigo, por favor, ¿sí? —Se queda dubitativa unos segundos y abre los labios, decidiéndose a dar el primer paso—. Yo grabé ese video, el mío y de Vanessa. Haría cualquier cosa para tenerla, así que vi esa como una buena oportunidad, por eso estoy tan preocupada por la desaparición de Antonio, siento que fue culpa mía y le arruiné la vida. —Cierra los ojos aguantando para evitar que se le cristalicen—. Puedes hablar, hay poco peor que eso, confía en mí.
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Reflejo Rojo
Mystery / ThrillerBienvenido al mundo de Annie, donde la locura y magia están separados por una línea muy delgada. ¿Será la realidad lo que le aterra o todo está en su cabeza? Una chica de 17 años comienza a experimentar una serie de hechos que bien podrían ser de u...