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OKEYYYYYY SOLO QUEDA DECIRLES QUE DESPUES DE ESTE CAPITULO ME TOCÓ DARME UNA DUCHA BIEN FRÍA AJAJAJAJ PORQUE ME DIO CALOR.

Daniel.

Termino mi ronda y tengo que admitir que me ha molestado hacer mas tiempo de lo necesario ya que no quiero que Amel piense que la quiero como niñera de mi hijo o algo así por el estilo.

Me subo por a mi auto y mientras el motor calienta dejo mis cosas en la parte trasera y me quito mi bata, un estruendo me hace cubrirme al sentir los añicos de vidrio saliendo disparados.

-¡QUIERO A MI HIJO DE VUELTA HIJO DE PUTA!-la voz Nathalie hace eco en el establecimiento.

Miro hacia atrás y veo a Nathalie con una piedra enorme en mano apuntando hacía mi auto. Maldita sea me ha destruido el vidrio de la parte trasera.

-¡Maldita loca!-veo que intenta tirar de nuevo otra piedra y de inmediato retrocedo el auto, parece asustarse de que voy a pasarle el auto por encima porque se tira a un lado y cae de culo-mira hija de puta tu no vuelves a ver a mi hijo y de eso me encargaré yo, sigue así que con todo lo que haces solo buscas que te quite la custodia completa de mi hijo-amenazo desde mi asiento y ella sigue en el piso-una prueba más a la carpeta donde están todas la evidencias que tu no estás apta para cuidar de Sebastián, mira-señalo la cámara que nos graba-saluda cabroncita-saludo a la cámara y escucho un grito de Nathalie pero giro mi volante y me voy dejándola allí a esa loca.

Maldita sea.

Aquella noche se la veía tan dulces y tranquila pero me he dado cuenta que esas son las peores.

Llego después de una media hora a la cafetería donde está en horario de trabajo mi novia, claro que tuve que detenerme a limpiar el auto y que no quede trozos de vidrio. Busco con la mirada a mi hijo o a ella pero me quedo de boca abierta cuando veo a uno de los meseros darle un traste donde se ponen las servilletas a mi hijo y le indica donde irlo a dejar, por un momento me entra enojo pero después veo la cara de felicidad de mi hijo al asentir con la cabeza, se acerca a la mesa de aquellos jóvenes y uno de estos le revuelve el cabello y le da un billete.

-Anda quédate con el cambio chavalillo...¡así deberían crías a sus hijos!-dice uno de ellos y me hijo se guarda el billete en su bolsito que cuelga de su cuello.

-Antes de que digas o reclames algo tu hijo dice que quiere ser de grande como tu...parece que le han contado un cuento donde su padre ha trabajado desde chiquito y ahora es alguien muy exitoso y alguien ejemplar a seguir-la voz de Amelia me hace girar y sonrío-termino de hacer los deberes pero se sentía aburrido y me dijo que quería ayudarme en algo y bueno...se encarga de llevar cosas a las mesas, como los sobres de Stevias, cuentas o cosas que no le ponen en peligro, ya sabes cosas con las que se pueda quemar o lastimar no te preocupes por el-sonrío y la abrazo por la cintura para besarla.

-Si hubiera una maquina del tiempo juro que la usaría para que tu fueras la madre de mi hijo-ella sonríe y me besa.

-Puede que no sea su mamá pero quiero hacerlo sentir como si lo fuera, no quiero ocupar el puesto de Nathalie pero el merece todo el amor del mundo que ella claramente no le quiere dar-siento una pequeña culpa dentro de mi.

-Papiiii-mi hijo corre hacia mi y me obliga soltar a Amelia para tomarlo en brazos a el-estoy trabajando así como lo hacías tu de pequeño-chilla de la emoción y mi corazón se hincha de orgullo.

-Si amor así me estaba diciendo tu amiga Amelia....

-Mira he hecho todo esto-abre su bolsito y saca unos billetes-tengo 4 billetes...toma sumalos amiga-se los entrega a Amelia y ella los toma-¿Cuánto hay? Es que todavía me hago bolita para contar dinero-se siente avergonzado.

El doctor imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora