-14-

857 97 22
                                        

HOLAAAAAA CREO QUE ESTE SERÁ EL ULTIMO CAPITULO YA QUE ME QUIERO LEER EL ULTIMO LIBRO DE LA TRILOGIA FUEGO DE JOANA MARCUS Y TENGO HASTA EL DOMINGO PARA TERMINARLO PORQUE DE ALLÍ ME CONCENTRO EN MIS EXAMENES.

A LEER Y DISFRUTEN.

Amelia.

Me intento poner de pie pero mi cabeza revienta. Maldición, no debí beber tanto. Miro a mi alrededor y me asusto al no reconocer el lugar. Tomo mi celular y marco de inmediato el número de Gregory.

-¿Dónde diablos me dejaste venir?-recrimino y lo escucho suspirar.

-Te fuiste porque quisiste, además me compartiste tu ubicación anoche...

-Ya recordé donde estoy-me sobo la cien-después te cuento sobre el.

-Vale, cuídate mucho...no vayas hoy a la universidad, buscaré a alguna amiga que me indique si tienes algo importante que hacer si no, no vengas será mejor que te quedes donde estás, es mas que seguro que Alex te va andar buscando por todo sitio...yo me encargo de él cariño.

-Es obvio pero que le den, te quiero cuídate cualquier cosa te aviso-cuelgo.

Me recuesto otra vez y me pongo a vagar por mis recuerdos...MIERDA. Lo abrace para dormir y siendo sincera se sintió bien, me dio su hombro para llorar.

Viene a mi cabeza las imágenes de Alex con esa rubia y me dan ganas de vomitar, y sobre todo porque es fea esa chica, a ver no me creo Kylie Jenner pero tengo lo mío sin embargo esa mujer no me llega ni a los talones...Mi música en estos momentos es la canción de Shakira...

Cambio un Rolex por un Casio>> me río a carcajadas lo que mi consciencia dice.

Me pongo de pie y tiendo la cama, salgo con mi celular en mano a la sala y veo a Daniel haciendo tortitas.

-Buen día bella durmiente-baja la llama al fuego y se acerca a saludarme, lo abrazo y dejo un beso en su mejilla. De pronto me siento en confianza.

-Buenos días grandote-me mira y parte a reír-me sacas casi dos cabezas Daniel-me siento en una de las sillas altas que rodea el mesón-¿Cómo estás?-pregunto y el sonríe sirviendo el café, me pongo de pie y busco entre sus alacenas el endulzante.

Lo ayudo a terminar de servir y nos sentamos a desayunar.

-Anoche quise nos trasnocharme pero alguien llego ebria-me mira y me hago la ofendida.

-No estaba del todo ebria-me defiendo.

-¿Ah si? ¿Recuerdas lo que planeamos hoy?-pregunta y se mete un pedazo de tortita a la boca, lo imito-¿no, verdad?-sonríe.

-Pues si me acuerdo-chillo-planeamos ir a trotar, a hacer comprar, ver película y después irme a mi trabajo-lo dejo callado, se tensa y no entiendo por qué-cuando me di la ducha se me bajó el alcohol-explico.

-¿Escuchaste lo que te dije anoche?-niego y parece relajarse.

-¿Qué dijiste?-pregunto y el niega, lo observo y hundo mis cejas-¡Dime!-exijo y bebo de mi café.

-Te dije que dejarás de roncar-abro mi boca tanto como puedo.

-¡YO NO RONCO!

-Oh si que lo haces-empieza a reírse y yo tengo una línea recta en los labios-roncas bonito-tomo un pedazo de tortita y se la lanzo.

-¡DANIEL!

-Ya deja el drama y mejor vete a poner una ropa deportiva que te deje en el mueble, es de mi hermana tienen casi la misma contextura y porte seguro te quedará bien-se pone de pie y me guiña el ojo antes de voltearse, me pongo roja como un tomate y mejor me pongo de pie y busco lo que me ha dicho.

El doctor imbécilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora