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OLIVIA
Londres, Tottenham. 21:35
Me pongo un poco de gloss trasparente finalizando mi clean makeup y me miro al espejo chequeando el outfit por completo. El invierno me limitaba bastante en lucir sexy, porque o me cagaba de frío o preservaba mi salud. Al final me terminé poniendo unos jeans ajustados y un buzo color crema de dolce, abajo una remera manga larga negra abotonada y en los pies unos borcegos del mismo color. Claramente decidí preservar mi salud y por si las dudas me había puesto un conjunto de encaje.
Solo por si pasaba algo más.
Ojalá. Pienso.
Me pongo un poco de perfume y mientras me estoy viendo en el espejo escucho que tocan la puerta de habitación. Digo en voz alta "pase" y a traves del reflejo veo a papá asomando la cabeza.
— Asi que mi bebé me abandona y se con una amiga a comer —dice recargándose en el marco de la puerta. Volteo, ¿una amiga?, seguro mamá le dijo así no me empezaba a hacer preguntas. La amo. Veo enseguida que trae una bolsa en la mano.
— Mañana como con ustedes, lo prometo pa —aseguro dedicándole una sonrisa cálida. Niega con una sonrisa y entra al cuarto.
— No pasa nada —dice y me extiende la bolsa. La agarro—, Es la nueva camiseta del club, no podías no tenerla —me explica cuando saco la camiseta de adentro de la bolsa y lo miro con diversión.
— Soy del United papá, ya lo sabes —me rio metiendo la camiseta adentro otra vez. Me acerco y lo abrazo dejándole un beso en la mejilla—, Igual gracias, te amo.
— Eso es porque te estuviste juntando mucho con Lisandro —se queja correspondiéndome el abrazo. Me besa la frente. Si supiera. Pienso—, Te amo también, ¿a qué hora te vas? —pregunta curioso cuando nos separamos. Aprovecho para ver el reloj encima de mi mesita de luz. Ya iban a ser las diez, en cualquier momento Cristian me mandaba un mensaje.
— Ahora en un rato, ¿me dejas?, tengo que terminar de arreglarme —le pido mirándolo a los ojos y asiente sonriente caminando hacia la puerta.
— Pásatelo lindo, ¿vuelves? —pregunta agarrando el pomo de la puerta antes de salir.
Me encojo los hombros. Todavía no sabía si solo íbamos a comer o si después planeaba hacer algo más con Cristian.
— No sé, cualquier cosa te aviso.
Asiente y me desea buenas noches antes de cerrar la puerta. Agarro una bandolera y meto un par de cosas. Maquillaje, labial, perfume y toalla tas húmedas. Mi celular vibra sobre mi mesa de maquillaje y lo agarro rápidamente viendo la notificación en la pantalla.
