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OLIVIA

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OLIVIA

Tomo un sorbo del café que me había servido unos minutos atrás de la maquina y apoyo mis codos sobre la mesa mirando atraves del ventanal el entrenamiento que todavía seguía su curso. Habían un par de personas en la cafetería, entre ellos algunos jugadores y demás. Yo me había sentado en una mesa que estaba literalmente pegada al ventanal. Por suerte solo se veía desde adentro.

No podía evitar fijar mi atención en el morocho. Me tenía bastante curiosa. Quería saber como se llamaba, ¿cuántos años tenía?, ¿estará casado?, ¿con novia?. Me tentaba bastante la idea de buscarlo en internet pero me contuve, tampoco quería parecer tan loca por él. Porque no era así, solo me había llamado bastante la atención. Aparte quería enterarme de todo eso por él mismo, ojalá no me ganara la curiosidad y él se dignara a hablarme. Por las miradas que nos tiramos no dudaba que lo haría.

Dejo el vaso en la mesa y lo rodeo con mis manos, enlazando mis dedos mientras me deleito de lo que estoy viendo. Están estirando. Ya casi estaba por terminar el entrenamiento. Fijo mi atención en él. Como se le tensan solos los músculos de las piernas, la
camiseta que se le pegaba al cuerpo por la transpiración y las expresiones marcadas en su rostros.

Que calor. Me engancho el labio inferior con los dientes levemente y puedo jurar que suspiré cuando se levantó la remera un poco para secarse la transpiración de la cara. Era obvio que todos los futbolistas tenían ese cuerpo atlético pero él hacía que todo se viera más excitante.

Aparto mi vista sonriendo para mi y vuelvo a agarrar el vaso. Tomo otro sorbo del café y saco mi celular del bolsillo trasero de mis jeans. Licha me había mandado un par de fotos como de costumbre mientras entrenaba y yo mientras le estaba contando lo que había pasado hace un rato con el chico con el que había chocado. Siempre le contaba todo y él a mi. Habré estado unos diez minutos chateando y hablando boludeces con el hasta que el morocho se sienta en el asiento vacío que está frente a mi, sacándome rápidamente de mis pensamientos. Me había sorprendido. Arqueo una ceja y desvío mi atención del celular guardándolo de inmediato. Quedando a media conversación.

No me había dado cuenta de que ya estaban todos los jugadores adentro del área de la cafetería. Algunos sirviéndose café y otros ya sentados en las mesas hablando entre sí.

— Hola —me sonríe el morocho cruzando los brazos y apoyándolos sobre la mesa. Arqueo una ceja y me acomodo un mechón de pelo detrás de la oreja devolviéndole la sonrisa—, Soy Cristian, me podes decir Cuti —se presenta y chasquea la lengua.

— Olivia —me presento —, Todos me dicen Oli.

— Que bueno que nos presentamos mejor —se adelanta a decir—, No acostumbro a que me choquen así, siempre soy yo el que choca —ladea otra sonrisa en su cara y notó enseguida el doble sentido en lo que dijo pero sin embargo decido fingir que no entendí.

MVP | Lisandro Martínez, Cuti Romero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora