MVP | Lisandro Martínez, Cuti Romero

18

NARRADOR:

Olivia decidió que quería comer después de coger y a Cristian eso le pareció perfecto. Era mejor tenerla con el estómago vacío con todo lo que planeaba hacerle, no vaya ser que le vomitara la pija cuando él decidiera metérsela hasta el fondo de la garganta. Eso sí, la hizo comer golosinas antes que nada, por si se le bajaba la presión y mientras lo hacía él ponía sobre la barra de la cocina las cosas que había comprado.

Olivia lo mira atenta. Esta sentada en uno de los taburetes, recargando sus codos sobre el mármol y haciendo girar el caramelo masticable en su boca. Arquea una ceja cuando ve las sogas, de un material que deduce es sisal. ¿En serio la iba a atar?, eso era nuevo para ella, nunca había probado algo así. Cristian sonríe sacando una bala vibradora y el control de esta.

— ¿Y esto? —pregunta confundida mientras señala el pequeño vibrador, sin saber qué es aún.

— Que preguntona, ya vas a saber —sonríe el morocho sacando más cosas de la bolsa; un lubricante con sabor a frutilla, otro normal y un plug anal con una decoración de diamante en la punta. Se le ponía dura la pija de solo imaginar ese juguete decorándole el culo a Olivia.

Se había quedado con ganas de comprar muchas más cosas pero tampoco la quería asustar con sus fetiches. Empezaría tranqui, después cuando ella agarrara más confianza probaría más cosas.

Olivia deja caer su mirada sobre el último juguete que sacó de la bolsa y frunce las cejas negando casi de inmediato.

— No quiero que me metas nada en el culo —le advierte y Cristian solo se ríe.

— ¿Nunca probaste? —pregunta recargándose en la encimera, mirándola de frente, deleitado de que sea más inexperta de lo que pensaba. Su sonrisa no hace más que ampliarse cuando ella niega y sus mejillas se tornan un poco rojas.

— No me gusta —dice enseguida.

— No podes decir que no te gusta si nunca probaste —murmura rodeando la encimera hasta donde está la rubia. Se para detrás de ella, le corre el pelo de la espalda y se lo reposa sobre uno de los hombros, dejándole el cuello descubierto.

— Si que puedo, además no me va a entrar, me va a doler —acota arrugando la nariz de solo pensar en esa situación mientras mira todos los objetos puestos en fila sobre la encimera.

— ¿Qué cosa no te va a entrar? —pregunta escondiendo su rostro en el cuello de ella mientras le acaricia la cintura, metiéndose por debajo de su remera tocando su piel.

Olivia ladea su cabeza, dándole más acceso al cordobés y suspira cuando empieza a sentir los besos sobre su piel, al igual que el cálido tacto bajo su ropa.

— Tu pija —responde en voz baja.

— Para eso está el lubricante y el plug —murmura Cuti estirando uno de sus brazos hacia la mesa para agarrar el pequeño dilatador de acero y se lo muestra mientras apoya su mentón sobre el hombro de la rubia.

— ¿No me va a doler? —pregunta indecisa.

Curva su boca en una sonrisa y se muerde el labio inferior. Todas se quejaban un poco al principio y después les terminaba encantando, no dudaba que a ella le iba a gustar también.

— Te acostumbrás —asegura dejando el juguete en la encimera otra vez y se aleja para hacer girar la silla en la que está sentada, haciendo que quede frente a él—, Si no te sentís cómoda con alguna cosa que te vaya a hacer me decís y paramos, la idea es que disfrutes —le explica estirando sus brazos y reposando sus enormes manos detrás de la nuca de ella. Haciendo que lo mire.