MVP | Lisandro Martínez, Cuti Romero

20

OLIVIA

Londres, Inglaterra

Doy vueltas sobre la cama dándome cuenta de que esta vacía y estoy sola así que abro despacio los ojos. Esta oscuro el cuarto, las ventanas están cerradas y apenas entra la luz. El reloj de la mesita marca las siete de la mañana pasadas, hay olor rico y se escuchan ruidos en la cocina así que deduzco que Cuti está preparando el desayuno. Sonrío estirándome sobre la cama y al mismo instante suelto un quejido notando que me duele mucho la espalda baja, las piernas, el culo, todo. Anoche no se sentía tanto pero ahora podría ponerme a llorar de lo que me ardía el orto.

Me siento sobre la cama con una expresión de dolor y me quito las sábanas de encima para levantarme a correr las cortinas dejando que entre la luz. El día está nublado y por como se mueven los árboles veo que hay viento. Recordando todo lo que pasó anoche me miro las muñecas y me mordisqueo la pielcita del labio notando que están levemente moradas. Me acaricio el cuello y muevo la cabeza al sentirme toda contracturada, preguntándome cuánto me iban a durar todas esas sensaciones.

Salgo de la habitación y recorro el pasillo que lleva hasta la sala. Cuti está recargado sobre la encimera comiendo cereales y revisando cosas en su celular. Esta vestido con la ropa de entrenamiento y cuando siente mi presencia levanta la mirada. Me mira de pies a cabeza y sonríe cuando me acerco.

— Que lindo te queda ese club —halaga estirando su brazo para agarrar el borde de la camiseta que me había prestado y acercarme a él.

Giro los ojos escondiendo una sonrisa. Le había insistido que me prestara otra y se negó a prestarme alguna camiseta que no fuera la del Tottenham así que me dormir con esa puesta. Sus manos me recorren por debajo de la tela y me toca el culo, apretándolo mientras se inclina para darme un beso.

— No me toques asi que me duele —me quejo agarrándole la muñeca cuando me palmea y suelta una carcajada.

— No me digas eso que te garcho acá mismo —advierte dándome un beso en la mejilla antes de soltarme—, Te preparé el desayuno —me indica con la cabeza y miro en dirección a la encimera en donde había café recién hecho y panqueques—, Para que después no digas que soy un forro con vos —dice con un tono de descanso.

— ¿Te pensas que unos panqueques me van a hacer cambiar de opinión? —arqueo una ceja.

— Te rompí el orto y te venís a hacer la difícil —se muerde el labio inferior haciendo una montañita con los dedos como diciéndome 'un hambree'

— Ay cállate un poco queres —murmuro sonrojada y sin mirarlo. Estiro mi brazo y agarro un panqueque para llevármelo de inmediato a la boca.

Se vuelve a sumir en lo que sea que estaba mirando en el celular y yo empiezo a desayunar. Estaba todo riquísimo, eran panqueques de avena con miel, el café batido yacía sobre la encimera y estaba esperando a que se enfríe un poco. No me había sentado porque me dolía todo pero sí estaba medió apoyada en el taburete porque sentía las piernas a alambradas y de vez en cuando cambia un poco de posición. Cuti alzaba la mirada a veces mientras se reía y yo me terminé sentando porque no aguantaba más parada.

— El sábado se estrena Evil Dead —murmura apagando el celular, dejándolo boca abajo sobre la barra—, Si no haces nada podemos ir —invita incorporándose.

Lo sigo con la mirada como va a lavar el pequeño bowl que usó para su desayuno. Casi inconscientemente sonrío y mi corazón da un saltito emocionado. A mi me encantan las películas de terror y de hecho hace poco había visto el trailer de la película que mencionó. Bebo el café.