MVP | Lisandro Martínez, Cuti Romero

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OLIVIA

Londres, Inglaterra
16:14

Al día siguiente estuve esperando a Cristian hasta que se hicieron las cuatro y llegó puntual. Hacía mucho frío e incluso nevaba un poco, aún así el sol ilumina el cielo. Suena música en la radio del auto, las estrofas de algunas canciones de neighborhood envolviendo el ambiente, estamos en silencio pero no es incómodo, llevamos diez minutos así mientras maneja. Me dijo apenas entré que era sorpresa el lugar al que íbamos a ir así que la intriga me tiene como loca. De vez en vez miro de reojo y está tan lindo. Tiene puesto un buzo negro y jeans, va normal, pero le queda muy bien. Huele a jabón y menta, además del olor tan característico de su perfume. Se había cortado el pelo y estaba afeitado.

Yo por mi parte me había abrigado bastante, me puse una calza y una remera manga larga térmica que hacían conjunto, de color blanco y una campera puffer negra que me había sacado al entrar al auto porque estaba puesta la calefacción. Ayer me dormí temprano después de terminar el día con papá, estaba muy cansada y no pude llamar a Lisandro así que cuando me levanté estaba enojado conmigo por no contestarle los mensajes o preguntarle si había llegado bien. No me habló en todo el día y yo a él tampoco, ya le había explicado que no fue a propósito y además le había pedido perdón, ya quedaba en él si me perdonaba o no. Así que estamos 'peleados' por esa boludez. En otra ovación estaría triste, pero la salida con Cristian me tenía tan emocionada que ni siquiera tuve tiempo para ponerme mal por eso.

— ¿Qué estudias? —pregunta de la nada haciendo que voltee a verlo.

— Contabilidad y Finanzas —contesto acomodando un mechón de mi pelo detrás de mi oreja. Me mira y arquea una ceja.

— ¿Y te gusta?

— No —admito haciendo una mueca y miro al frente. No es un tema que me guste tocar y me sorprendía que estuviese interesado en saber.

— ¿Por que estudias eso entonces? —suelta una risa nasal y mira al frente también, concentrado en el camino. Me mordisqueo la pielcita del labio encogiéndome de hombros.

— Mi papá siempre quiso que siguiera una carrera en economía y no quería decepcionarlo así que me metí aunque no me gustara, nunca me animé a decirle —explico.

Para en un semáforo rojo y apoya el brazo en el marco de su ventana. Se acaricia el mentón y me mira.

— No deberías hacer cosas por complacer la felicidad de otras personas.

— Pero es mi papá

— Pero es tu vida —réplica arrancando otra vez.

— No es tan fácil —murmuro ladeando la cabeza, no me dice nada—, ¿Vos estudiaste?

— No terminé el secundario —responde buscando lugar para estacionar mientras mira por los espejos—, Apenas empecé a debutar en primera dejé el colegio.

— ¿Y te arrepentís?

Estaciona y ladea una sonrisa.

— Sí obvio, me gustaría retomar en algún momento, pero lo dejé porque el fútbol es lo que me hace feliz y me dediqué de lleno —apaga el motor y guarda las llaves en su bolsillo—, Si no te gusta lo que haces, vas a ser infeliz toda tu vida —agrega abriendo la puerta mientras en pasa mi abrigo que estaba en los asientos de atrás.