INMARCESIBLE | Pedri G.

0𝟵. Labyrinth

7 de Febrero 2023.
Barcelona.

Eran las cinco menos diez y los chicos habían quedado donde Balde para pasar la tarde. Con los chicos me refiero a Gavi, Ansu, Ferran y obvio Pedri. Esta semana no tenían partidos y solo iban a los entrenos por las mañanas.

—Vic —habló Gav asomándose por las escaleras—, Ferran ya está abajo.

Le respondí con un okey y guardé mi celu en mi bolso de mano. Me eché un último vistazo en el espejo antes de salir. Llevaba puestos unos pantalones de mezclilla negros con una sudadera verde pino con un estampado de un frase escrita en roja en la parte de atras, junto a mis Converse negros.

Salí del apartamento junto a Gavi y bajamos por el elevador.

Obviamente Gav tenía ya todo el contexto de lo mio con Pedri, si es que lo había levantado al momento que Pedri salió por la puerta del apartamento. Al día siguiente -o sea ayer- me había enviado los buenos días y a la hora de la comida había traído al apartamento pasta para comer los tres. Si es que yo soy pastalover, podría estar un mes comiendo pasta a diario. Hoy también me había enviado los buenos días por la mañana y me había enviado un tiktok de Taylor en los Grammys diciéndome que se había acordado de mí.

Después de veinte minutos de trayecto a casa de Balde llegamos, Ferran aparco al frente de esta y tocó la bocina. El Mine verde se encontraba estacionado frente al auto de Ferran. Ansu salió por la puerta de la casa con un vaso en su mano y una sonrisa dibujada en su cara.

—¡Hola! —saludo en voz alta cuando todos llegamos a su lado.

Finalmente entramos todos a la casa. Pedri se encontraba sentado en la mitad del sofá de tres plazas, y Balde venía de la cocina con bolsas de sabritas entre los brazos, a quien salude con dos besos. Me dispuse a sentarme en el extremo del sofá donde estaba Pedri, con Balde sentándose entre nosotros.

Pasamos la tarde comentando cotilleos de todos los temas del momento. Entre risas, collejas y que Gavi terminará picado por un comentario que sacó Ansu. Ferran me retó a que no podía ser tan buena en el FIFA como para ganarle y entonces le dije que si ganaba me pagaría 15 euros, y si... adivinen quién ganó.

—Recuerdenme no volver a apostar con Tori. —dijo Ferran picado dejando el control sobre la mesa del centro.

—Yo te advertí hermano. —comentó Gav.

—Ya te paso mi número de cuenta Ferri. —agregue para picarlo mas, parándome del sofá y yendo hacia la cocina.

Saque de la nevera en envase de refresco y lo lleve al otro lado de la cocina, que era donde estaba la alacena con los vasos. Alcance uno a pesar de mi baja estatura y me dispuse a servirme.

Sentí una presencia a mi lado izquierdo y me sobresalte, pero era el canario.

—Joder, Pedri. —le eche una mirada rápida y volví a centrarme en mi vaso.

—Perdón —habló antes de soltar una risita— no era mi intención asustarte. —se puso de espaldas a la mesada apoyando sus codos en esta con su atención en mi.

Me angustiaria si estuviéramos a la vista de todos, pero había una pequeña pared que no cubría perfectamente de los ojos de todos, quienes seguían en su rollo.

—Hola. —saludo con su típica sonrisa mojabragas.

Reprimí una sonrisa y le saludé. —Hola. —hable llevando el vaso a mis labios.

—¿Qué bebes? —cuestionó apartando el vaso de mis labios pensando que lo probaría directamente de ahí.

Pero entonces se acerca más a mi separándose ligeramente de la mesada y poniendo una mano sobre mi cadera. Enredando sus labios entre los míos, dejándome probar el sabor de los suyos, así como yo supongo que él quería saber que era lo que bebía. La mano con la que había agarrado el vaso guiaba la mía a dejarlo sobre la mesada, y poniendo esta misma sobre mi cadera al igual que la otra. Mi mano derecha se posa sobre su abdomen y la otra sobre la curva de su cuello. Acariciaba mis labios con los suyos, los exploraba con toda la calma a pesar de conocerlos ya a la perfección. Se separó de mí con tal lentitud, con los ojos cerrados se humedece los labios con la lengua y habló.