INMARCESIBLE | Pedri G.

𝟭𝟭. Daylight

15 de Febrero 2023.
Barcelona.

Había venido al supermercado a comprar algo de despensa porque no podía seguir viviendo de McDonald's y pizza. Gavi no se preocupaba por la comida, pues él desayunaba y comía en la Ciudad Esportiva. Y yo andaba de vaga comiendo chuches todo el día.

"Boy, tell me, can you take my breath away?
Cruisin' down a heart-shaped highway
Got you swervin' lane-to-lane, don't hit the brakes..."

Mañana los chicos jugaban la ida contra el United para la Europe League en el Nou. Tenía plena confianza en todo el equipo y en Xavi. Sin duda era un partido complicado, y todos los medios ansiaban por hablar ya de él. Es cierto que el Barcelona lleva una racha de no perder desde noviembre si no mal recuerdo, pero también reconoció que los chicos se encontraban nerviosos aunque no lo dijeran, y el nerviosismo siempre hace que te desenfoques de todo y no estes en lo tuyo.

Balde se había ofrecido a acompañarme y aunque prefería ir sola, pues ir al supermercado resulta muy terapéutico, terminé aceptando su amable compañía. Terminé de meter en el carrito todo lo que creía necesario y finalmente me dirigí a la fila no tan larga. Después de unos diez minutos fuimos al estacionamiento del establecimiento para subir las bolsas a la cajuela del coche seguido de subirnos nosotros.

"Conocerte es como una adicción
Que duele
Pues solo pienso en tenerte entre
Mis dientes..."

Ale me había dejado poner mi música y yo la más gustosa puse mi playlist general en aleatorio. Unos cinco minutos después me llegó una llamada de Número desconocido, dejándolo a vista de Balde. No era buena idea descolgar en altavoz, pues siempre que me marca sin un mensaje previo resulta para decirme cosas muy específicas. La mirada de Ale se entrelazo con la mía de forma desafiante. Les recuerdo que ya sabía lo que había pasado entre Pedri y yo un año atrás y aunque no tiene tantos detalles de la situación actual, si sabía que habíamos vuelto a hablar y en algunas ocasiones quedar.

Cuestionando mentalmente entre sí descolgar o no finalmente toque el telefonito en verde de la pantalla.

—¿Hola? —salude a la otra línea con un atisbo de nerviosismo en mi voz.

—Hola, Vic —saludo con su voz lisa— ¿Cómo estás? ¿Estás en el apartamento?

—Estoy bien, gracias. Ehm y no, acabo de salir del super, que he venido a comprar para comer.

—¿En serio? ¿Por qué no pediste que te llevará?

—Oh no, ehm, pedí uber. No tengo problema. —le solté una mentirita piadosa.

—Uhm, vale, vale. Igual sabes que me puedes pedir que te lleve donde quieras, o que te vaya a buscar.

Solté una risita. —Si, Pedri. Muchas gracias.

—Bueno —le escuché soltar una risa nerviosa—. Te tengo un plan... o una cita, como lo quieras tomar.

—¿En serio? —sonríe pasándome la lengua por el carrillo a pesar de que él no pueda verme sintiendo la mirada de Balde en mi— Vale, me lo tomaré como una cita.

—Pues una cita será entonces —habló con su voz picara—. Mañana tenemos partido con el United por la tarde yyy, te quería invitar a una cita, después del partido. Puedes ir a casa, arreglarte si quieres y te paso a recoger sobre las diez.

Mordí mi labio sonriendo. Si nueve meses atrás me hubieran dicho que iba a tener a Pedri invitandome a una cita, con ese tono de nerviosismo en su voz; me hubiera puesto a reír con lágrimas en los ojos por lo cómico y lindo que sonaría eso.