𝟭𝟰. Karma

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28 de Marzo 2023.
Barcelona.

Me había levantado hace apenas cinco minutos. Hoy Gavi no había amanecido aquí, ni ayer, ni anteayer, había empezado a quedarse a dormir más seguido con Martina.

"Taking me high, anything but typical
You know I ain't worried 'bout my annual residuals
Worried 'bout the physical, worried 'bout your spiritual
I'm your little angel, baby boy, we're going biblica..."

Puse mi música y fui al baño de mi habitación a darme una pequeña ducha. Hoy no haría nada en todo el día. Salvo que dentro de unas horas quiera ver a mi novio y le diga que si puede venir. Pero en mis planes está quedarme todo el día dentro de la cama leyendo o viendo Gravity Falls.

Cuando salí de la ducha me puse un top deportivo negro con unos pantalones de chandal corto que se habia dejado aqui Pedri. Me sequé el pelo con la secadora y me hice dos trenzas.

Y me preparé con mi Ipad y mis audífonos para echarme a la cama todo el día.

Y sí, así fue mi día hasta las dos de la tarde que me había empezado a dar hambre, pues claro, no había desayunado y la noche anterior me fui a dormir con un solo vaso de leche en el estómago. Había estado hablando con Pedri un rato por la mañana y no más.

Me levanté para ir a la cocina a por algo de comer, aunque dudo realmente que encuentre algo en la alacena.

Dicho y hecho.

No quedaba otra que ir al veinticuatro horas. Obligada y arrastrando los pies fui a por una sudadera a mi habitación y mi cartera. Regresé a la planta baja mientras me pasaba la sudadera por el cuello. También me había agarrado unas gafas de sol que me puse en cuanto crucé la puerta.

El veinticuatro horas más cercano estaba a unas cinco cuadras. No iba con prisa, solo disfrutaba del aire chocando contra mi rostro y la música que escuchaba a través de mis audífonos.

Después de unos diez minutos de caminata doble hacia la izquierda, llegando al veinticuatro horas. Dirigiendo sin traspiés al pasillo de los chuches donde agarre todo lo que se me atravesaba.

No tenía ningún régimen a la hora de comer. Si se me antojaba algo, lo comía sin cuestionarlo, pero mantenía un balance tomando litros y litros de agua al día, y de vez en cuando hacía un poco de ejercicio.

Después de llevarme entre brazos todo lo que se me antojo, me dispuse a ir hacia la fila de la caja, que no era tan larga, apenas tres personas delante de mí. Pero la fila no avanzó desde que me paré ahí.

Estaba un poco ida, escuchando únicamente la música a un volumen bajo, pues siempre que salgo, y más sola, puedo llevar ambos audífonos, pero los ponía a un volumen muy mínimo, suficiente para escucharlo; y mi mirada en el piso, cuando escuche una voz que no conocía de nada detrás de mí, y volteé mi rostro ligeramente.

—¿Te ha dejado tu noviecito ya? —cuando volteé mi cabeza hacia atrás, solo por instinto, vi a Adriana.

Madre mia, ¿ahora me la encontraré hasta en la sopa?

Decidí no prestarle atención y volteé mi vista al frente, y la fila seguía sin avanzar.

—Cuando estaba conmigo —hablo, y soltó una risita "tímida"—, me acompañaba a todos lados, nunca me dejaba sola ¿sabes?

Ahora mismo quería subirle el volumen a la música, pero llevaba el móvil en el bolsillo trasero y tenía ambas manos llenas.

—Pero dudo que contigo sea así —hablo con voz anodina—. Es decir, mírate, ¿cuántas calorías van ahí? ¿Crees que Pedri querrá estar contigo toda la vida con la cantidad de chicas que tiene detrás? Y mejores que tú.

INMARCESIBLE | Pedri G.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora