Capitulo 19

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Varias casas y edificios se habían derrumbado por el terremoto. Cuando reaccione había un grupo de personas a mi alrededor, estaban cubiertos de tierra, algunos tenían heridas en el rostro. Me senté con la poca fuerza que tenia, una mujer me entrego una botella de agua y repetía que "todo va a estar bien". Estuve unos minutos mirando el desastre que dejo este fenómeno natural.

—¿Cuanto tiempo llevo inconsciente?—pregunte perdida.

—Te encontramos esta mañana, pasaron 12 horas desde el terremoto—responde un hombre.

—Yo estaba con alguien—musite recordando a Peter y Cami.

—Solo te encontramos a ti.

—Mi amigo estaba conmigo—digo con la voz quebrada.

—Tranquila, cariño—me abraza una mujer.

—Un grupo de rescatistas vinieron esta mañana, quizá ellos se lo llevaron.

—El se llama Eric y su hija Cami, ambos estaban en el piso de arriba.

—Llamare para averiguar—aviso un hombre.

Aún no podía creer como sucedió de un momento a otro este desastre. La casa de Eric ya no existía y su paradero era desconocido.

Posiblemente varias personas murieron por este sismo, algunos deben seguir bajo los escombros con la esperanza de ser encontrados. Los hospitales deben colapsar por la cantidad de heridos que ingresan, el personal no dará a basto con las demandas.

Decidí ponerme de píe y camine hacia lo que fue el hogar de mi amigo, las personas presentes intentaron detenerme, decían que era inútil buscar entre esa basura, ellos ya no estarían vivos a estas horas. Los empuje bruscamente, pero entre todos me atraparon.

—¡Suéltenme!—grite desesperada—¡No me toquen!—mis ojos cristalizados, quería tirarme a llorar pero debía luchar por él.

—Niña, tu amigo no esta ahí, no vivo.—habló apenado uno de los presentes.

—¿Si tu esposa, tu hija o tu madre estuviera ahí, no lucharías para rescatarla?—cuestione, a medida que mi voz se quebraba.

Las personas se miraron entre ellos, en silencio decidieron hacerse a un lado. Sin pensarlo, empecé a quitar las maderas y todo obstáculo que me impidiera llegar a Eric, no descanse un segundo. Pensar que la niña y su padre aún puedan estar enterrados debajo de los escombros, me rompía el alma.

Unas horas antes, discutíamos sobre nuestra relación y amenace con dejarlo, ahora él no esta, su niña tampoco y enloquecía con la idea de perderlos.

Después de quitar los desechos materiales, encontré una muñeca, el juguete favorita de Camila y una foto de ella con sus padres, posiblemente sea lo último que quede de mis amores. Mi corazón se rompió, mi esperanza se perdió y mi voz se apago.

Lo que paso después lo ignoro, mis ojos se cerraron y perdí el conocimiento. Cuando cobre el sentido del tiempo, me encontraba en una camilla de un centro hospitalario. Tenia una mascarilla de oxigeno, a mi lado estaba la muñeca y foto que halle por la zona del derrumbe; eso me recordaba a mi familia, no tenia idea de donde o como se encontraban Delfina y mi madre. Me levante de la camilla, y camine hacia la salida de la habitación, en este sitio puede que encuentre a mi amigo o al menos a Delfi.

Recorrí los pasillos con cuidado, el hospital estaba repleto de gente, el personal de salud corría por todos lados. Durante mi búsqueda, reconocí que estaba en  el hospital donde trabajaba.

—Jefa—me acerque a mi superior, quien estaba en la entrada del edificio—, necesito que me ayude.

—Lucia—pronuncio aliviada—, gracias a Dios estas viva.

LA VIDA PERFECTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora