Peter Strong
Desde que sucedió lo del terremoto, pase las ultimas 16 horas en busca de Lucia.
Había dejado a mi mejor amiga en el piso de abajo cuando ocurrió el desastre. Tuve la suerte de salvar a mi hija y protegerla ante los escombros.
Un grupo de rescatistas nos encontraron y trasladaron al hospital. Camila, había inhalado el polvo de la basura que cayo encima de nosotros; por mi parte, sentía dolor en la pierna herida, soporte el peso de todos los escombros con mi cuerpo. Es decir, se trataba de mi hija y debía cuidarla.
Al llegar al centro hospitalario, atendieron con rapidez a Cami y nos llevaron a unas de las pocas habitaciones disponibles.
Intente preguntar por Lucia pero las enfermeras no daban respuestas.
Al estar mi hija estable, accedí a ser atendido por el personal. Lo raro fue que el lugar se encontraba vacío y en silencio, no encontré a ningún doctor o enfermera por los pasillos. Trate de recordar si había sucedido algo, un ruido tuve que haber escuchado mientras dormía.
Camine por el sitio sin saber que pasaba; abrí una de las puertas y encontré a dos médicos heridos en el suelo. Me acerque para auxiliarlos, solo que ya habían perdido la vida.
Fue en ese momento que oi un disparo y varios más. De que se trataba lo desconocía, pero no era nada bueno.
...
En mi trayecto de rastrillaje me encontré con varios heridos, algunos policias que alertaron el ataque de ciudadanos contra el hospital. Resguarde a las personas lastimadas en un lugar seguro y decidí seguir con ayudando.
Inspeccione varios pisos y encontré a mas personas, hasta ahora no tuve la desgracia de hallar algún delincuente.
Ya solo me faltaban el penúltimo y ultimo piso, fue ahí cuando oi disparos. Escuche llantos de bebes, esos malditos llegarían a matar a los neonatos.
A gran velocidad partí hacia aquel sector, lo primero que vi fue un hombre en la puerta con algún arma. Y de la otra entrada se lograba notar sangre fresca.
Sin pensarlo agarre el arma que me entregaron los de seguridad y dispare al sujeto de pié. Con desconfianza me acerque al cuerpo y visualice hacia adentro.
—Lucia—pronuncio con sorpresa.
Mi amiga estaba ahí, aferrada al cuerpo de un medico herido. Tenia los ojos cerrados, sus mejillas mojadas por las lagrimas y el cuerpo le temblaba.
La alegría, alivio y emoción que sentía al verla era todo lo que necesitaba.
Acorte la distancia entre nosotros y toque su hombro para que abriera los ojos. Lentamente lo hizo, su expresión fue de asombro con un semblante de temor. Acaricie su mejilla con delicadeza y la envolví en un abrazo.
Sentí como sus lagrimas caían sobre mi hombro, su respiración entrecortada. Mi hermosa chica estaba conmigo.
—Tranquila, ya paso—susurro en su oído mientras acaricio su cabello.
—Peter—habla con la voz temblorosa.
—Estaremos a salvo, no te preocupes.
Deja caer su cabeza y la esconde por mi cuello, sentir su respiración me tranquilizaba.
...
Luego de una horas, la policía llego con refuerzos y nos ayudo con la situación. Mi amiga y yo bajamos hacia la habitación de Cami.
Ella se mostraba decaída, no había emitido ninguna palabra desde que la halle con el doctor. Respete su estado, es impactante que asesinen a un colega enfrente de ti, además, Lucia no esta acostumbrada y ni en su vida vio un homicidio en persona.
Entramos a la habitación y la pequeña seguía durmiendo, guie a la chica hacia el sofá y nos sentamos.
—¿Cómo te sientes?—inicio la conversación.
—Mal—responde con la mirada baja.
—Nada de esto fue tu culpa. Lo intentaste todo.
—No me culpo, Peter—agrega distante. Creo que metí la pata.
—Lamento lo del doctor ¿Eran cercanos?
—Solo teníamos una relación laboral—contesta—. Aunque en una hora pude conocerlo mas que a otras personas en años.
Fruncí el ceño ante su comentario ¿A que se refería exactamente?
—La policía atrapara a esos delincuentes y los hará pagar.
—Esto no es la guerra, Peter.
—¿Disculpa?
—Quizá en Irán castigaban a los terroristas. Pero aquí, los asesinos se defienden con leyes, contratan abogados corruptos y quieren hacer valer sus derechos.
—La policía actúa de forma correcta, no dejara a ninguno de esos malditos impune de sus actos.
—El ejercito y la policía son diferentes, no se guían por la misma justicia ¡Abre los ojos, Strong!
Puede que este en un estado de shock, pero eso no justifica su ataque a mi persona.
¿Qué diablos le hice?
Ser miembro de las fuerzas armadas parece ser mi delito.
—Mejor descansa—intento ser suave.
—Debo trabajar—la veo ponerse de pie.
No la detengo, y la mujer se marcha de la habitación.
Guarde silencio ante ella.
Mi mejor amiga, la mujer que amo, me aleja de su vida cada vez que puede.
Soy un coronel del ejercito de Estados Unidos y fui guardia de seguridad de este hospital.
Si no fuera por mi trabajo jamás la hubiera conocido. ¿Qué la cambio?¿Que le genera tanto odio? Nuestra relación no es la misma de como empezó, la verdad me gustaría retroceder y arreglar mis errores, animarme a una relación. Porque hoy estamos tan cerca pero tan lejos al mismo tiempo.
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LA VIDA PERFECTA
ChickLitLucia Rodriguez, una joven enfermera de 22 años que se dedica a su profesión entregando cuerpo, alma y toda su vida por completo. Jamás se dió lugar a fallar en el trabajo aunque significara perder toda su vida personal. Peter Strong, un guardia de...